«La reina de los condenados» («Queen Of The Damned», EE.UU., 2002, habl. en inglés). Dir.: Michael Rymer. Int.: Stuart Townsend, Marguerite Moreau, Aaliyah, Vincent Perez, Lena Olin.
L os fans del terror seguramente pasarán un buen rato con esta despareja película con la singular cualidad de sintetizar en un equilibrio perfecto sus numerosos aportes interesantes al cine de vampiros, con sus no menos generosas dosis de situaciones ridículas capaces de arrancarle una sonrisa al más firme fan de Anne Rice.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
La escritora de «Entrevista con el vampiro» ha tejido una compleja telaraña con las crónicas inmortales de sus personajes. El resultado es un guión lleno de raccontos que se vuelven un poco dificiles de seguir, en el caso de que alguien esté dispuesto a poner mucha atención en una trama tan complicada cuando esta surge de una noticia bomba: Lestat el vampiro acaba de formar un grupo de rock metálico, con el que dará un megaconcierto en el Valle de la Muerte.
La música del grupo es definida por la mortal tecladista como «Sexo, sangre y rock & roll», pero de hecho al final sólo logran permanecer en el escenario durante dos temas. Luego sucede un show de efectos especiales digitales que supera en creces a las tortugas ninjas en vivo. Mucho mejor son las escenas en una disco dark vampírica londinense donde la recién resurrecta reina del título demuestra que puede vérselas con varios de sus colegas al mismo tiempo.
•Abanicos de estilos
El material daba para algo mejor, pero esto es lo que hay, y con su abanico de estilos siempre tiene algo que ofrecer, e incluso hay varios diálogos que dejan perfectamente un remate chistoso en labios de algún espectador sediento de sangre. En especial porque el Lestat rockero que encarna Stuart Towonsend -cuando canta lo dobla el líder de Korn- por momentos se parece demasiado a Beef, aquel patovica mariquita de «Un fantasma en el paraíso». Lo que de todos modos sigue siendo coherente: sólo así se puede entender que termine eligiendo a la insulsa Margarite Moreau frente a la imbatible Aaliyah, cuya contundente y póstuma presencia resulta mucha más intensa que la complicada y cambiente adaptación de la mitología vampírica de Anne Rice.
Dejá tu comentario