1 de febrero 2024 - 14:31

Logrado western chileno sobre el genocidio de los onas

En su opera prima en largometraje, el realizador Felipe Gálvez relata, a la manera de un film del oeste, la matanza del pueblo originario hoy llamado selkman, en el contexto de los negocios laneros en 1901

José Menéndez en una escena del fuerte film Los colonos

José Menéndez en una escena del fuerte film "Los colonos"

Gentileza Maco Films

Escenas bastante fuertes, lindos paisajes y un penoso fondo histórico caracterizan al singular western chileno “Los colonos”, donde tres sujetos poco amables van despejando el terreno para los negocios de un empresario lanero. Dicho de otra forma, van matando a los pobladores nativos. La acción transcurre en Tierra del Fuego, 1901, y refiere el largo genocidio del pueblo selknam, que llamábamos ona. Dicen que cuando los blancos se instalaron había unos 4000 onas. A comienzos del siglo XX solo quedaban 783, casi todos refugiados en las misiones salesianas que comandaba monseñor Giuseppe Fagnano.

Genocidas principales, el rumano Julius Popper, buscador de oro convertido en mandamás del lado argentino, y, en el lado chileno, Alexander Cameron, neozelandés, capataz de una estancia de Mauritz Braun, y el peor de todos, Alexander McLennan, escocés, (a) El Chancho Colorado, capataz de una estancia de José María Menéndez y su esposa María Behety. El Chancho, que alguna vez fuera suboficial del Ejército Británico, murió en 1917, su patrón en 1918, y Cameron recién en 1950, tranquilo en su casita de Hurlingham, provincia de Buenos Aires, apenas a 23 km. de San Fernando, donde vivía Adolf Eichmann.

La película que ahora vemos es una ficción reducida de aquellos espantos. Reducida por razones económicas, narrativas, ideológicas y estomacales. En ella José Menéndez les da el encargo consabido a McLennan (que aquí tiene rango de ex oficial del Imperio) y a un texano cazador de indios, ambos de oscuro pasado y malas costumbres. Un hijo de mapuche y blanca les servirá de guía y colaborador. Tampoco él quedará del todo limpio, pero la cámara se pone de su lado. Dentro de todo, es la persona menos desagradable del trío.

Un poco lenta al comienzo, esquemática a todo lo largo, lógicamente antipatronal e innecesariamente anticlerical, la obra se irá haciendo cada vez más tensa, inquietante, y los personajes cada vez más indignantes. Y el epílogo contribuye. Fotografía, música, sonidos, inmensidades, caricaturas, todo contribuye a crear un clima de nervios incluso antes de ver algo concreto.

Director, Felipe Gálvez, montajista egresado de la porteña Universidad del Cine. Ya tiene varios premios por sus cortos (uno en el Bafici 2009), éste es su primer largo, y para hacerlo se ganó el entusiasmo de productores de siete países, logró un equipo técnico internacional, y un elenco también internacional: Alfredo Castro como el asturiano Menéndez, Mark Stanley, Benjamín Westfall, Sam Spruell, Camilo Arancibia, los argentinos Luis Machin, Agustín Rittano como un capitán del Ejército Argentino y Mariano Llinás, que además de colaborar en el guión encarna al perito Francisco Moreno (no es antojo, en 1901 Moreno andaba por aquellos lares estudiando los posibles límites entre la Argentina y Chile). Diseño de producción, otro argentino, Sebastián Orgambide.

“Los colonos” (Chile-Argentina, 2023). Dirección: F. Gálvez; Intérpretes: A. Castro, M. Stanley, B. Westfall, S. Spruell, M. Llinás.

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