Aunque la noticia de su muerte no originó grandes titulares, los que conocen la carrera de Signe Hasso la identifican con la primera Evita en versión hollywoodense, papel que cubrió en «Crisis», un thriller político de Richard Brooks que Hasso coprotagonizó junto a Cary Grant y José Ferrer, y que prohibió el peronismo. Hasso murió en Los Angeles el pasado viernes 7 de junio a los 91 años. Su última aparición fue en TV el año pasado, en un documental sobre su compatriota Greta Garbo. Nacida en Suecia como Signe Larsson (apellido que desechó al casarse con el director sueco Harry Hasso), a los 16 años se convirtió en la estudiante más joven en ser aceptada en el Teatro Real de Estocolmo, y más tarde llegó a Hollywood.
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Para el público argentino de 1955 el impacto de verla interpretando a una primera dama latinoamérica obviamente inspirada en Evita Perón fue mucho mayor al provocado por cualquier otro de sus papeles (y tuvo muchos, como en «El cielo puede esperar»). Richard Brooks filmó «Crisis» en 1950, pero el parecido con la Argentina de Perón del film era tan evidente que el jefe de la propaganda justicialista Raul Alejandro Apold optó por prohibir esta singular producción de la MGM -cosa que había hecho poco tiempo antes con el famoso film de Broderick Crawford «All the King's Men», estrenado durante la Revolución Libertadora como «Decepción».
A poco de la caída de Perón, las autoridades argentinas automáticamente dieron luz verde al estreno de «Crisis», un film en el que Cary Grant era un neurocirujano norteamericano enfrentado a operar del cerebro al presidente Farrago ( José Ferrer), cuya esposa Isabel ( Signe Hasso) tenía un papel esencial en el gobierno. La primera aparición de la primera dama quitaba toda duda: Hasso estaba interpretando a Evita, tanto desde su peinado y su vestuario como por su sistematica humillación a sus subordinados: cuando Cary Grant llega a la casa de gobierno, durante varios minutos ninguno de los militares se atreve a interrumpirla para decirle que ha llegado su invitado.
Si bien «Crisis» no identificaba la nación donde transcurrían los hechos, quedaba claro que el país en cuestión tenía una larga frontera con Chile, y los uniformes militares eran muy parecidos a los del ejército argentino de la época. Para definir nuestra idisioncracia, el dictador le explicaba a Cary Grant la siguiente lección: «En los Estados Unidos, si usted pone un cartel que dice 'Prohibido Escupir', nadie escupe. En mi país, si usted pone el cartel 'Prohibido Escupir', la gente escupe sobre el cartel».
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