10 de mayo 2024 - 15:57

Pajoni: "No alcanza con el virtuosismo en canto y baile, hay que saber actuar"

Sebastián Pajoni escribió y dirige "Un tango italiano", una historia de amor a través de clásicos italianos versionados a tango en un thriller de los años '50 que combina teatro con audiovisual.

La obra gira en torno a una idea original de Rosana Laudani, Diego Bros y Héctor Ferreira. 

La obra gira en torno a una idea original de Rosana Laudani, Diego Bros y Héctor Ferreira. 

“En los musicales se entendió que no sólo alcanza con la técnica sino que hay que poner alma. Saber bailar y cantar no alcanza, también hay que saber actuar”, dice Sebastián Pajoni, autor y director de la elogiada “Un tango Italiano”, sobre una idea original de Rosana Laudani, Diego Bros y Héctor Ferreira. Cuenta una historia de amor a través de clásicos italianos versionados a tango en un thriller de los años 50. Puede verse los jueves a las 21 en Café La Humedad, Carlos Calvo 2540.

La dirección musical es de Hugo Hoffmann, y tiene banda en vivo con el bandoneón de Ignacio Claramonte y la batería de Roberto Saber. Proyección animada a cargo de Alejandro Perrotta y Gustavo Glusman. Conversamos con Pajoni.

Periodista: ¿Cómo surge este espectáculo peculiar que enlaza la canción italiana con el tango?

Sebastián Pajoni: Los protagonistas del espectáculo eligieron las canciones y tenían la idea de una historia de amor. Me sumaron al grupo para escribir la obra entonces me la llevé de vacaciones, la trabajé unos meses y viendo que estaba la versión italiana de La cumparsita, de Milva, se me ocurrió que la historia de amor no fuera a la italiana sino que se centralizara en el concepto de tango y por qué no versionar el resto de los temas italianos en tango. Es inédito, algo que no se hizo, entonces Hugo Hoffman se convirtió en nuestro director musical y creador de la partitura del espectáculo.

P.: ¿Cómo es el tono de thriller musical?

S.P.: El thriller tiene que ver con la historia. La mayoría de los temas son de los ´50 y lo mismo los bocetos de vestuario en esos años. Es muy notorio de esa década como el amor se debate con la justicia, como siempre están la ladrona y el detective. Apareció algo desde el libro de contarlo cinematográficamente, el romance, la acción, tiene algo de erotismo. Cuando me puse a dirigirla vino la complejidad de la realización por la pantalla, que es una película de 50 minutos hecha especialmente para la obra, conectada con los músicos. Entonces la acción coreográfica se coordina con la animación de la pantalla. Es una especie de referencia a los thrillers clásicos de la época.

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P.: ¿Qué temas aborda y qué historia cuenta?

S.P.: El tema es el amor y la justicia, el deber. Hay dos personajes que en un principio parece que arman una cita, luego se advierte que no se encuentran hasta que se conocen. Se enamoran y sucede todo entre ellos. Viajan a Florencia en Italia, ella a cometer un robo y él a tener que atrapar al ladrón. Hasta que se traslada a Buenos Aires y se ve el contraste de los '50 en Europa con la posguerra y el renacer económico y acá estaba saliendo el tango de los orilleros, era marginal y las sociedades italianas lo llevaron a los grandes salones y de público de clase más alta.

P.: ¿Cómo trabajaste las áreas artísticas?

S.P.: Fue un proceso muy largo, comenzó en 2017 antes de la pandemia, escribí la obra, luego trabajamos, Hugo Hoffman hizo la partitura en seis meses pero sólo había 4 temas. Fuimos enojados a pero cuando los escuchamos se nos cayó la mandíbula y le dimos a Huguito todo el tiempo que necesitara. Siguió trabajando y Diego Bross empezó a crear las coreografías. Mientras se realizaba el vestuario y faltaba la pantalla. Eso costó dinero y buscamos, en el interín me casé en Brasil y mi marido, ex atleta de vóley tenía un conocido italiano que tiene una villa turística en Florencia entonces nos apoyó con la pantalla. Pude contratar a realizadores para hacer el audiovisual con un concepto pictórico porque la obra habla del robo de un cuadro entonces son fotos pintadas. Una vez que tuvimos eso vino la pandemia, luego coordinamos todo y no conformes hicimos un work in progress para probar el espectáculo. Finalmente, estrenamos el año pasado y ahora regresamos.

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P.: ¿Cómo ve la escena?

S.P.: El teatro musical con los años allanó camino, es muy potente, hay artistas muy preparados, y últimamente se da importancia a la actuación porque antes había mucho virtuosismo en canto y danza pero menos en actuación. Había que contar protagonistas que supieran actuar, hoy se entiende que es un todo. Con la técnica sola no alcanza, hay que ponerle alma. Y el independiente siempre es con empuje, salimos a veces a hacer unos meses y por premios e interés del público seguimos dos años.

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