25 de junio 2007 - 00:00

Siqueiros: pidieron expropiación

Todo se acelera en torno del mural «Ejercicio Plástico» que en 1933 pintó el mexicano David Alfaro Siqueiros en la quinta «Los Granados» de Natalio Botana. El jueves pasado murió Héctor Mendizábal, el poderoso operador del mercado automovilístico que descubrió el mural cuando se encontraba en un estado de abandono lamentable.

Si bien los gobiernos de México y la Argentina conocían la existencia y el valor de esta obra cumbre del arte latinoamericano, fue Mendizábal quien supo ver el filón y en 1991 compró la quinta, contrató a un restaurador mexicano y decidió retirarlo del lugar para llevarla de gira por el mundo. Y, exactamente el día de su muerte, el 21 de junio, el diputado nacional Fernando Sánchez (ARI) con la colaboración de su par, Teresa Anchorena, presentó un proyecto de ley de expropiación del mural aduciendo «que hoy se encuentra en un depósito al aire libre con riesgo de destrucción total por la falta de protección».

Estrenada un jueves antes, la película «Los próximos pasados. Vida y muerte de un mural de Siqueiros», el documental de Lorena Muñoz que recrea la deplorable historia de esta obra de arte, puso el tema en el candelero. Dada la importancia crucial que Siqueiros le otorgaba al cine, sería coherente que la película pegara el empujón que hace falta para que finalmente el mural sea liberado del «chaleco de fuerza (el término es del mexicano) que lo aprisiona».

Simultáneamente, la Academia de Bellas Artes decidió -luego de una pausa inexplicablemente prolongada- publicar un jugoso debate que tuvo lugar hace cinco años, donde se detallaron los riesgos que corre esta en el inhóspito lugar donde se encuentra: una playa de grúas de San Justo.

Expropiar la obra -declarada bien de interés histórico artístico nacional por el Poder Ejecutivo mediante decreto 1045/2003-,es una solución drástica, la única que puede ponerle punto final al asunto, pero que implica que el gobierno pague el valor del mural. La expropiación es la única forma de restringir los derechos a la propiedad privada y obligar a las partes litigantes poner precio al mural.

¿Y cuánto vale realmente? Se sabe que «Ejercicio Plástico» fue adquirido por la fima Dencanor S.A. en 1994 por 825.000 dólares, la mayor cifra que se haya pagado nunca por una obra de arte en nuestro país. También se sabe que no es un mural más, que es una obra histórica y significativa de la vanguardia. Hace más de diez años los tasadores del Banco Ciudad estimaron el mural en 1,5 millón de dólares, por ser la obra que marca el origen del movimiento muralista argentino.

En 1933, Siqueiros convocó para su realización, en calidad de ayudantes, a Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Lino Enea Spilimbergo y al uruguayo Enrique Lázaro. Cotizar una pieza de estas características es difícil, dado que por lo general tienen un destino público y rara vez se ven en el mercado.

Más allá del interés por el arte, son incontables los sucesivos funcionarios que en estos años se han dejado tentar por la gloria que supondría rescatar el ya mítico mural.

Según el diputado Sánchez, «la conservación del mural en manos del Estado Argentino permitirá al Estado, por otra parte, disponer en forma definitiva de esta obra para su traslado, restauración y exhibición en un lugar adecuado, y significará la posibilidad de conservar una obra cumbre del muralismo latinoamericano para que pueda
ser apreciada por toda la población».


Hace unos meses en el diario «La Reforma» convocaban a los gobiernos de México y la Argentina: «Al primero, para hacer un enérgico llamado diplomático por su rescate, y al segundo para asumir su responsabilidad con esta obra declarada patrimonio cultural argentino en 2001». Desde esa fecha, luego de que los sucesivos intentos de rescate acabaran en la nada, debido al litigio judicial que traba cualquier intento de preservación, sobrevino el olvido.

Dejá tu comentario

Te puede interesar