20 de septiembre 2024 - 13:55

Sophia Loren, el gran símbolo del cine italiano, cumple 90 años

La bellísima y dúctil actriz deslumbró durante décadas, después de la posguerra, en las pantallas internacionales y la prensa del corazón. Su último trabajo fue "La vida ante sí", que estrenó Netflix hace 4 años.

Spphia Loren, la gran estrella del cine italiano y Hollywood, cumple hoy los 90.

Spphia Loren, la gran estrella del cine italiano y Hollywood, cumple hoy los 90.

Mujer con mayúsculas, símbolo absoluto del cine italiano y de la propia Italia, Sofía Loren, o, por su nombre internacional, Sophia Loren, hoy cumple 90 años. No hace mucho se quebró la cadera y ya no camina con el porte de otros tiempos, pero aún mantiene la mirada altiva y la mente lúcida.

De sí misma supo decir, no hace mucho, “La belleza tiene un poco de importancia, pero más importante es la tenacidad. La tenacidad, y el talento”. Lo confirmó en su última actuación, “La vita davanti a sé” ("La vida ante sí"). Ya tenía 86 años, e interpretaba a una mujer endurecida desde niña por las circunstancias de la vida, casi sin fuerzas, pero todavía en la lucha.

Hay una escena en que está sola, en silencio, a la intemperie, toda huesos, los cabellos casi perdidos, parece un cadáver, no hay nada de belleza en ese cuerpo y sin embargo es la escena donde está más imponente. Y eso, porque ahí no es la estrella de cine, es la actriz consustanciada con su personaje, la actriz enorme, única, al servicio del arte.

No nació en cuna de oro. Hija natural de una profesora de piano sin dinero y un padre ausente, criada entre las burlas de los demás chicos y las bombas y las necesidades de la guerra, empezó a tener suerte recién a los 15 años, cuando pegó el estirón y la madre la vio tan linda que decidió inscribirla en concursos de belleza y anotarla como extra en cuanta película se pudiera.

“Quo vadis?”, por ejemplo, donde es una de las esclavas de Deborah Kerr. En uno de esos concursos estaba un hombre más bajito que ella y de mayor edad que su padre: el productor Carlo Ponti, que le vio algo más que una linda figura. Le vio pasta de actriz. Le aconsejó, la tomó a su cuidado, le hizo jugar comedias y también dramas, de a poco se convirtió en una especie de padre, y de esposo. Cuando esto último ocurrió, tuvieron que enfrentar juntos la maledicencia de medio mundo, porque él ya era casado y entonces en Italia no existía el divorcio.

Después vendría otra maldición, la dificultad para tener hijos. Cuando al fin nació el primero (tuvo dos) los paparazzi se amontonaron en el Aula Magna de la clínica modelo para sacarle fotos a la madre presentando a su bebé. Ya no importaba que ella fuera una hija natural, mujer de un bígamo, nadie la llamaba Villani, apellido de la madre, o Scicolone, apellido del padre, porque ella ya era Sophia Loren, la diosa que todos amaban, el orgullo nacional, por su carrera en Italia, Hollywood y Europa, y también por su figura espectacular –todo natural, nada de cirugías, siliconas ni otros engaños que todavía no se usaban, ni el público hubiera aceptado.

La belleza no fue “un poco de importancia”, como ella dijo. Fue mucho. Pero el talento para enamorar y hacer reír, y hacer de pronto un tremendo drama de la guerra, “Dos mujeres”, y para convertirse después en empresaria, mantener la prestancia y el prestigio durante años y años, ese talento fue todavía más grande. Y la tenacidad, por supuesto, para estudiar sus papeles, sus contabilidades, criar a los hijos, soportar, ya grande, unos días de cárcel por una acusación injusta y discutir, también años, hasta que reconocieran la injusticia, eso no lo tiene cualquiera.

Otro hombre, también más viejo que su padre, apuntaló su carrera: el actor y director Vittorio De Sica, maestro. Con él actuó en “Lástima que seas tan canalla”, “La bella molinera” y otras diversiones, y bajo su dirección hizo “El oro de Nápoles” (restaurada para el Festival de Venecia), “Dos mujeres” (Oscar, Palma de Oro en Cannes y otros premios internacionales a la Mejor Actriz), “La rifa” (episodio de “Boccaccio 70”), “Los condenados de Altona”, sobre texto de Jean-Paul Sartre, “Ayer, hoy, mañana”, “Matrimonio a la italiana”, “Los girasoles de Rusia”, todas con Marcello Mastroianni, y “El viaje”, con Richard Burton.

Y con otros directores, “Aída”, “Un día en el juzgado”, “La dicha de ser mujer”, “Orgullo y pasión”, “Orquídea negra”, “Deseo bajo los olmos”, “Te veré en mis brazos”, “La bahía de los ensueños”, “Su pecado fue jugar”, “El Cid”, “Arabesque”, “La condesa de Hong-Kong”, “Breve encuentro”, “El blanco de cuatro estrellas”, “Amor, muerte, tarantela y vino”, “Pret-a-porter”, la lista sigue.

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Sophia Loren con Marcello Mastroianni en el gran éxito de Ettore Scola,

Sophia Loren con Marcello Mastroianni en el gran éxito de Ettore Scola, "Un día muy particular"

Qué directores, Lattuada, Steno, Blasetti, Risi, Bolognini, Negulesco, Hathaway, Stanley Kramer, Stanley Donen, Carol Reed, Charles Chaplin, Lumet, Shavelson, Cukor, Litvak, Monicelli, Altman, Lina Wertmuller, tres veces. Y qué partenaires, Alberto Sordi, Anthony Quinn, Charles Boyer, Yves Montand, Alan Ladd, Cary Grant, John Wayne, William Holden, Anthony Perkins, Clark Gable, Maurice Chevalier, Charlton Heston, Maximilian Schell, Gregory Peck, Paul Newman, Marlon Brando, Omar Sharif, Vittorio Gassman, Adriano Celentano, Jean Gabin, Richard Harris, James Coburn, Walter Matthau, Jack Lemmon, la flor y nata.

Y sobre todos ellos, Marcello Mastroianni, y el grande Ettore Scola dirigiéndolos en un drama melancólico ambientado en tiempos de Mussolini, “Un día muy particular”, donde una gastada ama de casa charla por primera vez con un vecino atento, comprensivo, a quien ese mismo día el régimen se llevará lejos, condenado por homosexual. Ironías de la vida: la hermana menor de Sophía Loren fue brevemente esposa del músico Romano Mussolini, hijo menor del líder fascista.

La hija de ambos, Alessandra Mussolini, aparece como una de las chicas de la película. Hoy es médica, fue actriz, cantante, modelo, diputada, y la primera mujer en dirigir un partido político en Italia: el Forza Italia, de ultraderecha (nadie es perfecto).

Un detalle local: “la Loren” vino a Buenos Aires en 1992 y 1994, convocada por Susana Giménez, estuvo también en otros programas, y en 1997 en el Festival de Mar del Plata, donde presentó una película con Philippe Noiret. No era mala, pero justo empezaron unos impresionantes fuegos artificiales en la playa y, para su disgusto, mucha gente salió de la sala para verlos. Ella se fue al otro día, y no la vimos más.

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