Este jueves se conocerá el dato del Índice de Precio al Consumidor (IPC) de septiembre que publica mensualmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y los analistas privados esperan que estará entre el 11% y el 12%, por debajo del 12,4% de agosto. Sin embargo, se trata de un nivel aún muy elevado y, en un contexto cambiario tan complejo como el actual, se reactiva la discusión sobre las tasas del plazo fijo.
Plazo fijo: con el dólar volando y una inflación de dos dígitos, ¿habrá suba de tasas?
Se conocerá el IPC este jueves y los tipos de cambio paralelos están imparables. En ese contexto, el Banco Central dio indicios de qué hará con la tasa y el mercado anticipa la jugada.
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Y es que, en un contexto en el que el dólar blue roza los $950 por la dolarización de activos y los financieros cotizan en torno a los $850, el mercado pone la mirada en el Banco Central (BCRA) a la espera de si hará cambios o no en las tasas de política monetaria.
Recordemos que, en septiembre, el BCRA resolvió dejar sin cambios el rendimiento del plazo fijo en el 118% nominal anual, que equivale a un 9,7% mensual y al 204% efectivo anual, luego de haberla ajustado al alza el 16 de agosto, tras la devaluación del 22% aplicada.
Plazo fijo: inflación, dato clave
Todos los meses, la difusión del IPC es lo que activa la discusión de política de tasas, por lo que, este jueves, tras la publicación del dato de inflación, se espera que haya novedades en este sentido y, si bien nunca se anticipa qué hará, esta vez la duda es grande por el contexto incierto. La falta de certezas se traslada también a ese plano.
Por un lado, gran parte de los analistas, sostiene que es muy probable que no las cambie. Y es que ese sector del mercado considera, tal como plantea Eliana Scialabba, directora ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI), en diálogo con Ámbito, “el BCRA ya no tiene margen de maniobra”.
La analista sostiene que, desde que se conoció el dato de la inflación del mes pasado, que fue del 12,4%, la entidad no realizó ninguna suba en la tasa de interés y explica que lo hizo porque considera que, en el actual contexto, un movimiento de ese tipo sería obsoleto.
La dolarización, ¿es reversible?
Sucede que la dolarización de ahorros y carteras que se ve en este momento no responde a una insatisfacción con el rendimiento de las tasas, sino a una búsqueda de cobertura ante la incertidumbre preelectoral.
“Desde el punto de vista económico, hay un nivel en el que la tasa deja de ser efectiva como ancla en la competencia con el dólar: los argentinos ya eligieron ese activo y, por más que el BCRA corra de atrás con un ajuste de los rendimientos del plazo fijo, no logrará retener el capital allí”, apunta Scialabba en este sentido
Asimismo, considera que no hay incentivos ni económicos ni políticos para subir la tasa, ya que Massa no podrá capitalizar un endurecimiento monetario antes de las elecciones porque los plazos fijos que podrían colocarse luego de esa decisión vencerán en noviembre, luego de ir a las urnas.
Factores para subir la tasa del plazo fijo
En un contrapunto con esa mirada, el director de Epyca Consultores, Martín Kalos, sostiene que “la lógica sería que el BCRA aumente un poco las tasas porque la inflación está acelerada, de la mano de la devaluación y de las expectativas en ese sentido”. Considera, así, que, para incentivar que menos gente vaya hacia el dólar sería un buen paso.
Sin embargo, apunta que el ministro de Economía, Sergio Massa, está sosteniendo que la inflación se está desacelerando y justifica su postura en el índice de inflación semanal que publica desde el mes pasado el Gobierno. En ese contexto, sostiene que “hay que ver si el BCRA se ampara en esa tendencia para justificar que la tasa de interés actual sigue siendo competitiva y decide no moverla”.
Sin embargo, por otro lado, opina que, en gran parte, esta discusión es política en términos de las señales que se quieren dar. “Si se sube la tasa es reconocer que la inflación está en un nivel más alto y, quizás por eso, no la modifiquen”, señala Kalos.
Los movimientos cambiarios preocupan al BCRA
Lo cierto es que, tal como plantea el economista de Equilibra Lorenzo Sigaut Gravina, el BCRA tiene una decisión difícil que tomar por delante “dado que las cotizaciones financieras están volando y la incertidumbre es extrema”.
Así, si bien coincide con Kalos en que “el manual dice que hay que subir la tasa”, apunta que es muy complejo lograr el efecto deseado de fortalecer al peso con esa jugada en un contexto en el que estamos a las puertas de una elección y el principal candidato que dice que el peso propio es excremento.
Y, por otra parte, después por el lado de la inflación, señala que será muy parecida a la de agosto, en torno al 11,5% o 12%. Sigaut Gravina considera, en ese sentido, que “hay espacio para ajustar la tasa ahí”. Si bien opina que hay que plantearse si alcanza con subir la tasa o no, no parece prudente mantenerla quieta y “modificarla sería una manera de mostrar preocupación y algún tipo de reacción por parte del gobierno”.
Plazo fijo: ¿un indicio del BCRA?
La duda sobre qué hará finalmente el BCRA sigue sobrevolando el mercado. Por lo pronto, en el último Informe de Política Monetaria de octubre de este año, que se publicó este lunes, el BCRA anticipó que “continuará calibrando sus políticas en un contexto de mayor volatilidad en los mercados financieros asociado al período electoral” y afirmó que, en materia de tasas de interés, actuará dentro de su objetivo estructural de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local y favorecer la acumulación de reservas.
¿Será un indicio de sus próximos movimientos? De ser así, el próximo jueves, ¿se podría ver un ajuste de alrededor de 200 o 300 puntos porcentuales en las tasas? Todo depende de cómo dé el dato de inflación de septiembre.
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