La historia de Brooke Greenberg, conmociona a la opinión pública mundial. Con sus una 17 años, la adolescente está atrapada en el cuerpo de un bebé, con dientes de leche, pesa siete kilos y mide 75 centímetros.
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El cuerpo de la niña lleva años creciendo, aunque muy lento. Sin embargo, esto no sucede con sus órganos internos que son propensos a sufrir infartos cerebrales, espasmos, úlceras y dificultades respiratorias.
La joven norteamericana es el tema que mantiene en vilo a la comunidad científica europea, que se apresta a tratar el caso la próxima semana en la conferencia de la Royal Society de Londres.
La historia de Brook tomó conocimiento público a partir de un artículo del periódico británico The Times, de Inglaterra.
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