4 de julio 2006 - 00:00
Alerta en el Discovery: se desprendió material aisltante durante despegue
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El transbordador "Discovery" entró hoy en órbita terrestre al comienzo de una misión de 12 días que se había visto en peligro por una fisura en el motor externo de la nave y la amenaza del mal tiempo en la región del Cabo Cañaveral, en Florida.
El ingreso en la órbita se produjo después de que la nave encendiera sus dos motores para modificar levemente su trayectoria e iniciar la persecución de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
El acoplamiento con el complejo en órbita deberá producirse el jueves próximo, según el programa previsto por la NASA para la misión.
Existe la posibilidad de que la misión, que también incluirá dos caminatas espaciales, se prolongue un día más para realizar una tercera actividad extra vehicular.
"Buen encendido y buen control. La tripulación está realizando las últimas confirmaciones y se dispone a abrir la compuerta de carga", indicó el control en Houston, donde reinaba la algarabía por el éxito inicial.
En la primera misión de los transbordadores en un año, la nave, con siete tripulantes, partió sin inconvenientes tal y como se había previsto a las 14.38 hora local (18.38 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy.
"La aventura ha comenzado. El lanzamiento se realizó como se había previsto y todo está marchando a pedir de boca", dijo el control de la misión después de que el motor principal se hubiese desprendido.
Esta es la primera vez en que un transbordador de la NASA es lanzado al espacio un 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos.
La partida del "Discovery" se llevó a cabo pese a las dudas que se plantearon por su seguridad y dos aplazamientos causados por el mal tiempo en la región de Cabo Cañaveral el sábado y el domingo pasados.
Sin embargo, las cámaras instaladas en la nave y en tierra para seguir de cerca la operación de partida no detectaron desprendimiento alguno de espuma aislante, que era el centro de la preocupación.
Un trozo de esa espuma aislante perforó un sector del ala izquierda del transbordador "Columbia" y la nave se desintegró cuando regresaba el 1 de febrero de 2003 de lo que había sido una exitosa misión científica de 16 días.
Sus siete tripulantes murieron.
El problema se repitió sin inconvenientes en el "Discovery" en julio del año pasado y las autoridades cancelaron los viajes de los transbordadores para realizar una serie de modificaciones en el tanque externo de la nave.
De haberse producido una dificultad similar, una nueva cancelación de las misiones de los transbordadores estadounidenses habría puesto en peligro la construcción de la ISS, que debió haber terminado hace un año, según los planes originales.
El complejo en órbita es una operación conjunta de la NASA, la Agencia Espacial Europea, Canadá, Rusia, Japón y Brasil.
Minutos antes de la salida, el comandante Steve Lindsey declaró por el sistema de radio de la nave que no podía pensar "en un sitio mejor para estar" que el transbordador y "en un día como el 4 de julio".
En esos momentos los cielos sobre la zona del lanzamiento se veían casi totalmente despejados y las posibilidades de lluvias o tormentas eléctricas eran prácticamente nulas, según los pronósticos.
Tras los aplazamientos por el mal tiempo, una revisión de la estructura del tanque externo reveló una grieta de 13 centímetros de largo en la espuma aislante del tanque exterior cargado con hidrógeno y oxígeno líquidos.
La grieta hizo que se desprendiera un trozo de unos diez centímetros de la espuma, pero los técnicos de la NASA decidieron el lunes que seguirían adelante con el lanzamiento ya que no representaba ningún peligro.
Además de llevar alrededor de dos toneladas de avituallamiento y un nuevo tripulante para la EEI, el astronauta alemán Thomas Reiter, la misión STS-121 del "Discovery" tiene previsto poner a prueba las modificaciones que se han hecho en la nave a un costo de 1.300 millones de dólares.
Esas modificaciones incluyen un nuevo diseño del sistema de aislamiento del tanque interno, la inspección en vuelo del sistema de protección térmica, así como la capacidad de realizar una misión de rescate si fuera necesario.
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