1 de julio 2008 - 00:00

Caos ayer por sorpresiva huelga en los subtes

El paro total del servicio ocasionó molestias a los usuarios y trastornos en el tránsito cuando la mayoría de la gente regresaba a sus hogares.
El paro total del servicio ocasionó molestias a los usuarios y trastornos en el tránsito cuando la mayoría de la gente regresaba a sus hogares.
Luego de una jornada caótica en la que todas las líneas de subtes estuvieron paralizadas, el Ministerio de Trabajo declaró anoche la conciliación obligatoria por un período de 15 días hábiles (tres semanas) a partir de las 20 de ayer. El conflicto fue provocado por un grupo de delegados de cuatro líneas de subtes y del premetro que no responden a la conducción de la UTA (Unión Tranviarios Automotor), la que anoche en un comunicado los acusó de «tomar nuevamente de rehenes tanto a los usuarios como al gremio». Al cierre de esta edición, todas las líneas funcionaban con normalidad, igual que el premetro.

Este sorpresivo paro complicó ayer el regreso a sus hogares de miles de personas, que debían buscar alternativas a su medio de transporte habitual. Por la tarde se registraban largas colas en los principales centros de trasbordo de la ciudad, en tanto el tránsito se encontraba colapsado. Es que cinco de las seis líneas se mantuvieron paralizadas en forma simultánea.

El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, denunció que el conflicto obedeció al «juego político al que ya nos tienen acostumbrados estos delegados». Agregó que «Metrovías está de acuerdo en rever algunos posibles errores -si es que los hubo- en el sistema de concursos y promociones del personal, pero lo que en realidad está ocurriendo es que algunos muchachos del cuerpo de delegados continúan jugando a la política porque, tras el llamado a concurso que efectuó la empresa en las líneas C y D, quieren colocar a sus hombres».

Pasadas las 12, las líneas A, E y H se sumaron a las B, C y D, que se encontraban paradas desde las 10. Eso derivó en serios problemas en el servicio de colectivos, a cual se volcó la mayoría de los más de un millón de usuarios que diariamente utilizan los subtes. La conciliación obligatoria fue dictada por el director nacional de Negociación Colectiva de la cartera laboral, Adrián Caneto, por lo que los representantes de base debieron retrotraer la situación al momento previo al inicio de la medida de fuerza.

El paro «sorpresivo», tal como lo describió Lucila Maldonado, vocera de Metrovías, «es impulsado por un grupo de empleados que están en contra de la política de ascensos de la empresa». La ejecutiva aseguró que hubo delegados que «se arrojaron a las vías para impedir el paso de los trenes» y anunció que se realizarían presentaciones ante la Justicia, ya que «no hay conflicto gremial que justifique interrumpir el servicio».

Los delegados rebeldes -que arrastran una larga historia de paros salvajes en los que los únicos perjudicados son los pasajeros, y que además suelen «abrir los molinetes» con el sólo fin de perjudicar económicamente a la empresa- «denunciaron» que el mecanismo que aplica la empresa para ascender a su personal está viciado de «favoritismos».

«Históricamente los ascensos e ingresos a la compañía se manejaron a dedo y según criterios discriminatorios desde el punto de vista político, social y hasta sexual», denunció el delegado de la línea B, Claudio Dellacarbonara, sin abundar en detalles sobre esas supuestas discriminaciones.»Ahora llaman a concursos que determina la empresa.» En otras palabras: de lo que se queja el delegado es de que deberán atravesar concursos y demostrar capacidades para obtener promociones y mejoras en sus ingresos, algo que sucede casi en cualquier empresa del país.

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