17 de agosto 2021 - 16:21

Producción de carne vacuna argentina emite gases de invernadero debajo de valores internacionales

El estudio entre el INTA y el INTI analizó la huella de carbono que dejan los sistemas mixtos de producción de carne en la zona semiárida central del país.

Carne vacuna.

Carne vacuna.

Pixabay

Las emisiones de gases de efecto de invernadero por parte de la ganadería vacuna argentina se encuentran por debajo de los niveles internacionales, debido al "manejo sustentable de la dietas", afirmó un estudio realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Industrial (INTI).

Según este trabajo, del cual también participó la empresa Tigombú, "las emisiones de gases de estos gases de la carne bovina producida en sistemas extensivos de cría a campo, combinados con sistemas intensivos de recría y engorde, son menores a las registradas por estudios internacionales".

El estudio analizó la huella de carbono que dejan los sistemas mixtos de producción de carne en la zona semiárida central de la Argentina y se enfocó en un sistema con cría a campo en pasturas naturales e implantadas y recría más engorde en feedlot para tres categorías de animales: macho liviano, hembra y macho pesado.

"Del análisis comparativo de las tres categorías de animales, se desprendió que la hembra es la que mayor huella presenta, en tanto, se requieren más días de recría y engorde para alcanzar el mismo peso de venta que los machos y eso implica mayor cantidad de recursos de alimento, y más días emitiendo metano", sostuvo el trabajo.

De acuerdo con el especialista en análisis de huellas ambientales del INTA Manfredi, Rodolfo Bongiovanni, encontraron que "los puntos críticos de impacto se encuentran en la producción primaria, notoriamente en la emisión de metano por fermentación entérica que representa entre el 62 % y el 64 % del impacto total”.

“Dentro de este punto aparecen con mayor valor las emisiones de la vaca madre, seguidas de las emisiones del propio animal de engorde y finalmente el aporte del toro, que es mínimo”, agregó.

Por otra parte, las emisiones derivadas de la gestión del estiércol representaron el 11% y el 15% del impacto total.

En esta línea, especialista en análisis de ciclo de vida del INTI, Leticia Tuninetti, indicó que “en tercer orden de importancia aparecen las emisiones en la producción de los alimentos de la recría y el engorde (maíz grano, burlanda y maíz picado ensilado), que suman entre un 12 % y un 15 % del total; y, en cuarto lugar, las pasturas implantadas que representan un 4 % debido a que implican uso de insumos, como agroquímicos y combustibles”.

“Si bien los valores encontrados en este trabajo son similares a los valores internacionales publicados por algunas bases de datos para la producción de carne en feedlot, siguiendo los mismos métodos y protocolos adoptados internacionalmente, los resultados están considerablemente por debajo de los estudios que muestran resultados para producción de carne en sistemas extensivos a campo”, destacó Tuninetti.

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