30 de agosto 2017 - 11:54

De la compra solidaria a la denuncia por estafa en emblemática librería porteña

Los clientes realizaban largas filas para solidarizarse con Adán BuenosAyres durante junio del año pasado (foto exclusiva ámbito.com)
Los clientes realizaban largas filas para solidarizarse con Adán BuenosAyres durante junio del año pasado (foto exclusiva ámbito.com)
En junio del año pasado la noticia del cierre de la tradicional librería Adán Buenosayres, ubicada en plena avenida Corrientes, en su intersección con Montevideo, movilizó a gran cantidad de lectores que, con ilusión de salvarla, accedió a las promociones expuestas en los estantes y en las mesas del local. Durante aquellos días, largas filas se realizaban en la vereda del lugar y en ocasiones se trabajó con la persiana baja, debido a la masiva respuesta de los clientes.

En ese entonces su dueño, David De Vita, pidió a través de Facebook: "Vengan a comprar libros que tengo que juntar guita para indemnizar a los pibes que se quedan sin laburo". Así, se desató la oleada solidaria, como respuesta al hombre que aseguraba a la prensa que la caída de las ventas, sumada a los gastos de alquiler, expensas y cargas sociales de los empleados no le permitían seguir con el negocio.

Tras la respuesta de la gente y la viralización de la noticia De Vita anunció que, junto a sus empleados, formaría una cooperativa. Él sería uno más de la mano de los trabajadores y, juntos, se pondrían al hombro la emblemática librería. Nuevamente Facebook fue el lugar elegido para el anuncio: "La decisión está tomada. Adán Buenosayres Libros será un espacio más de la economía social. Daremos en adelante los pasos que sean necesarios para convertirnos en una cooperativa de trabajo. ¡Adán Buenosayres no cierra!".

Pero un año después, la situación es otra: los miembros de la cooperativa denunciaron que De Vita los estafó, tal como puede observarse en el video que realizaron. El último 4 de junio se realizó una asamblea donde se presentaron balances que demostraban que las ventas superaban a los gastos. En la misma reunión, una de las trabajadoras mencionó que De Vita había vendido el fondo de comercio de Adán BuenosAyres, el cual había sido cedido meses antes como capital inicial para constituir la cooperativa.

" En la asamblea le planteamos la venta fraudulenta del fondo de comercio y que, cuando saliera la matrícula de la cooperativa, no queríamos trabajar más con él porque nos había estafado", dijo Nicolás Palazzini, uno de los cooperativistas, a ámbito.com.

Tras poner sobre el tapete estas cuestiones, se le pidió al dueño de la librería que abandone la cooperativa. Esto desató un enfrentamiento y De Vita respondió que sin él no habría cooperativa posible. Aún así, llamó a votación y perdió, ya que la mayoría optó por seguir la cooperativa sin él. Los trabajadores relataron en un comunicado que entonces, se dirigió a la caja, guardó la recaudación en un bolso y empezó a gritar, además de firmar un acta en la que aclaró que él no iba a abandonar la cooperativa y que se había violado el espíritu cooperativista.

Los cooperativistas señalaron también que más tarde De Vita irrumpió en el local al grito de 'me están tomando la librería', les ordenó que se fueran, arrojó sus objetos personales y, finalmente, golpeó a una de las trabajadoras, Lucía Fanesi, de 19 años. Acto seguido, llamó a la Policía con el pretexto de la supuesta toma. Pero al llegar dos patrulleros el agresor admitió haber golpeado a la mujer y quedó demorado toda la noche. Al día siguiente, cuando todos se presentaron en sus puestos de trabajo, la librería estaba cerrada y con nuevos candados en la puerta.

Entonces, los cooperativistas comenzaron un acampe en la vereda de la librería, que jamás volvió a abrir. Allí venden libros que les fueron donados o incluso llevados desde sus propias bibliotecas; y se mantienen alertas ante un posible vaciamiento del local.

Palazzini comentó que debieron tramitar una nueva cooperativa, ya que la que en la que se incluía a De Vita "era imposible que saliera la matrícula porque él tenía que dar de baja la SRL que aún tiene activa". Desde entonces, y con la ayuda de la gente del Bauen, arrancaron a constituir la cooperativa desde cero.

Los damnificados por la maniobra, en tanto, no son sólo los exempleados: esto afecta también al dueño del local, que se mantiene cerrado, y a "la librería Jekyll, que compró el fondo de comercio por 12 mil dólares y pagó un mes de adelanto y un mes de depósito, pero no puede ingresar por este conflicto laboral", detalló el cooperativista.

Mientras tanto, los cuatro exempleados de Adán BuenosAyres luchan por recuperar el "millón de pesos valorizados en libros" que siguen en el local y por obtener sus indemnizaciones, ya que debido a las maniobras denunciadas la cooperativa nunca estuvo legalmente constituida durante la gestión de De Vita, lo cual los convertía en trabajadores en relación de dependencia, aunque -excepto una- todos en negro. "Cuando él presentó los papeles para armar la cooperativa, nos dijo que no nos podía blanquear porque una cooperativa no puede tener gente en blanco sino socios. Pero nos estaba engañando, porque no había dado de baja la SRL, lo hizo para evadir las cargas fiscales", añadió el entrevistado.

Según denunciaron, De Vita pasa por el local de vez en cuando y, a puertas cerradas, embala los libros. Mientras tanto, a la espera de la resolución judicial, los trabajadores acampan las 24 horas en la puerta de Adán BuenosAyres (Avenida Corrientes 1671).

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