El tráfico mundial de tigres empeora y las incautaciones revelan un avance del crimen organizado sobre una especie en peligro crítico, con un promedio de nueve felinos confiscados por mes en los últimos cinco años, según un reciente análisis de la red TRAFFIC que alerta sobre un panorama cada vez más alarmante.
El tráfico ilegal de tigres se dispara a nivel mundial: se incautaron nueve ejemplares por mes en los últimos cinco años
La red TRAFFIC alertó que el comercio ilegal de tigres se aceleró y muestra un crecimiento del crimen organizado que amenaza la supervivencia de la especie.
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Autoridades de distintos países decomisan en promedio nueve tigres por mes desde 2020, según TRAFFIC.
El informe, publicado este martes, muestra que las redes criminales dedicadas al comercio ilegal de vida silvestre están evolucionando más rápido que los propios esfuerzos de conservación. Aunque hace un siglo había cerca de 100.000 tigres salvajes, hoy la población global se redujo a apenas entre 3.700 y 5.500 ejemplares.
Pese a más de 50 años de protección internacional, TRAFFIC advierte que el tráfico no solo está acelerándose, sino que ahora se centra con mayor frecuencia en animales enteros, vivos o muertos. Los especialistas vinculan esta tendencia con el crecimiento de criaderos en cautiverio, aunque también podría deberse a que los tigres son incautados poco después de la caza furtiva o antes de ser desmembrados para comercializar sus partes. La demanda de mascotas exóticas y de taxidermia también empuja este mercado.
Más del 40% de las incautaciones en países asiáticos involucra tigres completos, un cambio alarmante.
Datos que exponen la magnitud del problema
El documento (sexto de la serie Skin and Bones) detalla que entre 2000 y mediados de 2025 se registraron 2.551 incautaciones que involucraron al menos 3.808 tigres. Solo entre 2020 y junio de 2025 hubo 765 operaciones, equivalentes a 573 tigres confiscados: aproximadamente nueve por mes durante 66 meses. El peor año reciente fue 2019, con 141 casos, seguido de 2023 con 139.
Las incautaciones continúan concentrándose en los 13 países con poblaciones de tigres salvajes, encabezados por India, China, Indonesia y Vietnam. Sin embargo, naciones sin tigres (como México, Estados Unidos y el Reino Unido) también reportaron un número relevante de casos. Aunque los controles se han intensificado, el comercio ilegal no se detiene.
“Este aumento refleja mejores esfuerzos de aplicación, pero también indica una actividad criminal persistente y, en algunas áreas, en aumento, así como una demanda generalizada de tigres y sus partes”, explicó Ramacandra Wong, analista senior y coautor del informe.
El informe revela que la población mundial de tigres salvajes cayó a menos de 5.500 ejemplares.
Un cambio en el tipo de contrabando
TRAFFIC detectó una transformación notable: en la década de 2000, las partes de tigre concentraban el 90% de las incautaciones; desde 2020, esa proporción cayó al 60%, con un fuerte incremento de cadáveres completos y animales vivos. En países como Vietnam, Tailandia, Indonesia y Rusia, más del 40% de las confiscaciones involucra tigres enteros.
El informe señala puntos críticos que deberían recibir intervenciones prioritarias: las reservas de tigres de India y Bangladesh; la región de Aceh en Indonesia; la frontera entre Vietnam y Laos; y lugares de consumo clave como Hanoi y Ciudad Ho Chi Minh.
Un comercio que afecta a múltiples especies
Casi uno de cada cinco incidentes relacionados con tigres involucra a otras especies amenazadas, principalmente leopardos, osos y pangolines. Los patrones de consumo varían por región: México y Estados Unidos muestran mayor demanda de tigres vivos como mascotas exóticas; en Europa se buscan derivados para medicinas tradicionales y taxidermia; y en Asia predomina el uso de pieles, huesos, garras y cuerpos enteros.
El documento insiste en que las investigaciones no deben culminar con la incautación. Subraya la necesidad de una cooperación internacional robusta y del trabajo coordinado de múltiples agencias para desmantelar redes criminales.
Leigh Henry, directora de conservación de vida silvestre de WWF, remarcó que el aumento en el tráfico de animales enteros evidencia el “papel prominente de las instalaciones de cría de tigres en cautiverio en alimentar y perpetuar el comercio ilegal”. Y advirtió: “El comercio ilegal sigue siendo la mayor amenaza inmediata para los tigres salvajes. Si no aumentamos urgentemente las inversiones para combatir el tráfico de tigres, en todos los puntos a lo largo de la cadena de comercio, enfrentamos absolutamente la posibilidad de un mundo sin tigres salvajes”.
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