16 de julio 2024 - 09:41

La NASA confirmó un descubrimiento clave en la Luna para un futuro asentamiento humano

Gracias a los datos obtenidos de su orbitador lunar, la NASA confirmó la existencia de túneles en la Luna. Estás formaciones tendrán un rol clave en el futuro de la explotación lunar.

La NASA confirmó la existencia de túneles lunares, formaciones claves para las futuras misiones en el satélite de la Tierra.

La NASA confirmó la existencia de túneles lunares, formaciones claves para las futuras misiones en el satélite de la Tierra.

NASA

La exploración lunar vive años de grandes avances. En los últimos meses, no solo se anunciaron nuevas misiones al satélite natural de la tierra, sino que también se completaron hitos tales como lograr el primer alunizaje en la cara sur de la Luna.

En este contexto, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) confirmó un descubrimiento clave para las futuras misiones espaciales: la existencia de un túnel lunar. El mismo fue hallado gracias a las imágenes del "Lunar Reconnaissance Orbiter" (LRO por sus siglas en inglés) y es el primero descubierto al que se puede acceder desde el subsuelo lunar.

Cómo es el túnel descubierto en la Luna

La cueva descubierta por la NASA está situada en Mare Tranquillitatis, la llanura de lava donde Neil Armstrong pisó la Luna por primera vez en 1969, durante la misión Apolo 11. Los datos provistos por el radar sugieren que el túnel tiene - aproximadamente - unos 45 metros de ancho y hasta 80 metros de largo.

Estas medidas lo convierten en uno de los pocos túneles lo suficientemente grandes como para detectar características internas con una resolución alta como la que proporciona el radar del LRO. Lorenzo Bruzzone, profesor de la Universidad de Trento, declaró: "hace más de 50 años que se teoriza sobre estas cuevas, pero es la primera vez que demostramos su existencia".

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Una vez obtenida la información aproximada de las medidas de la cueva, los investigadores realizaron diversas simulaciones para saber que posibilidades brinda esta locación en la Luna. Si bien el resultado fue que la misma no es lo suficientemente grande como para albergar una ciudad, si lo es para poder construir una base lunar dentro de ella.

En esta línea, se piensa que el suelo de la cueva es lo suficientemente plano como para ser utilizable, con una pendiente máxima de 45°. Si bien hay más de 100 metros desde la entrada de la cueva hasta la superficie lunar, un tramo que podría ser considerado como extenso, en la baja gravedad lunar eso podría no ser un impedimento.

Marte: el próximo objetivo de la NASA

La NASA planea enviar a sus primeras misiones tripuladas a Marte durante la década del 2030. Para ello, la agencia espacial estadounidense se encuentra investigando cuál es la forma más efectiva de propulsar la aeronave encargada de llevar a los primeros astronautas al planeta rojo.

En este sentido, la NASA apuesta por el desarrollo de un sistema de propulsión por plasma pulsado que podría reducir el tiempo de misiones tripuladas a Marte. El lapso se reduciría de unos seis meses por trayecto a solo dos meses.

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Las diversas investigaciones buscan emplear en las aeronaves sistemas de propulsión híbrida que combinen tecnologías químicas y eléctricas y que sirvan como hábitat temporal para los astronautas. Por el momento, Starship de SpaceX tiene aparece como la mejor nave para ser el transporte oficial de esas primeras misiones.

El Starship de SpaceX es el cohete más potente del mundo, ya que tiene 33 motores Raptor y un sistema reutilizable de combustión por etapas que usa metano-oxígeno. Tras tres vuelos de prueba ha demostrado que puede hacerlo llegar al espacio.

Pero la NASA no se queda ahí y también está apostando por un nuevo cohete de plasma pulsado (PPR), cuyo diseño es mucho más eficiente que los métodos actuales de propulsión química. La compañía Howe Industries es la encargada de desarrollar este revolucionario propulsor que combina un gran empuje y un elevado impulso específico (o LSP), una medida de la eficacia con la que un motor genera empuje, que le permiten reducir significativamente el tiempo de viaje necesario para llegar a Marte.

El PPR es una evolución del concepto de fusión- fisión pulsada (PuFF) de la NASA: utiliza un sistema de energía nuclear basado en la fisión nuclear que obtiene energía de la división controlada de átomos. Durante este proceso, la combustión se propaga y expande contra una tobera magnética mediante la deflagración, descargas eléctricas que crean fuertes campos magnéticos y producen altas densidades y temperaturas de plasma que generan el empuje.

El nuevo motor es más pequeño y sencillo que sus predecesores, y también tiene un mayor empuje que permite misiones a mayor distancia. Además, se demostró que el mismo tiene un correcto funcionamiento en naves espaciales mucho más pesadas, posibilitando la instalación de un blindaje adicional anti-radiación que evita la exposición de la tripulación a las dañinas partículas de alta energía, denominadas Rayos Cósmicos Galácticos.

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