La provincia de Salta atraviesa un escenario delicado por el aumento de casos de leishmaniasis visceral canina. Según datos oficiales, en lo que va del año se registraron 95 contagios en perros y seis en personas. El Ministerio de Salud Pública lanzó un nuevo plan de vigilancia para el período 2025-2030, con el objetivo de frenar la propagación de esta enfermedad que preocupa a especialistas y vecinos.
Preocupan los casos de leishmaniasis visceral canina en Salta
En lo que va de 2025 ya se confirmaron 95 casos de leishmaniasis visceral en perros y seis en humanos. El Gobierno presentó un plan de control y vigilancia.
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La leishmaniasis visceral canina se transmite a través de un parásito que afecta a perros y que puede transmitirse a humanos.
Los reportes epidemiológicos marcan que más del 90% de los casos caninos se concentran en los departamentos San Martín, Rivadavia y General Güemes. Aunque la mayor parte se ubica en la primera zona, ya se detectaron animales infectados en el departamento Capital, lo que enciende las alarmas por el riesgo de expansión.
La enfermedad se transmite a través de un pequeño insecto conocido como flebótomo, parecido a un mosquito. Cuando este insecto pica a un perro infectado, se convierte en vector y puede contagiar a otros animales o a personas. Los especialistas advierten que los perros pueden actuar como reservorios silenciosos: aun sin síntomas visibles, son capaces de sostener la circulación del parásito.
Qué es la leishmaniasis visceral canina
La leishmaniasis visceral es causada por un parásito del género Leishmania. En los perros, puede presentarse con pérdida de peso y apetito, caída de pelo alrededor de los ojos y hocico, uñas que crecen de manera exagerada, hemorragias nasales o úlceras en la piel. Sin tratamiento, la enfermedad suele ser progresiva y comprometer la vida del animal.
En los humanos, los síntomas son todavía más graves: fiebre persistente, abdomen agrandado por la inflamación del hígado y el bazo, anemia, ictericia y una marcada debilidad. En casos avanzados, la enfermedad puede ser mortal si no se recibe atención médica.
Vale aclarar que no se transmite directamente de perro a persona ni de persona a persona, sino que siempre requiere la participación del flebótomo. En situaciones puntuales se ha detectado transmisión por vía sexual en perros o de madre a cría, pero son episodios poco frecuentes.
De qué forma puede prevenirse la leishmaniasis visceral canina
Los especialistas coinciden en que la clave está en la prevención. Una medida concreta es el uso de collares o pipetas repelentes, que deben renovarse de acuerdo a las indicaciones de cada producto. Estas barreras no solo protegen al perro sano, sino que reducen el riesgo de que un animal infectado siga diseminando el parásito.
En paralelo, el Ministerio de Salud trabaja junto a municipios y organizaciones veterinarias en campañas de castración y control de animales, además de actividades de educación comunitaria. Mantener los patios limpios, sin acumulación de basura ni malezas, también es fundamental para evitar que los flebótomos encuentren refugio.
En cuanto a las personas, se recomienda usar repelentes, ropa de manga larga y mosquiteros en zonas con alta presencia del insecto.
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