27 de julio 2024 - 09:00

¿Se pueden derretir las neuronas? Así afecta el calor al cerebro

Las altas temperaturas pueden alterar nuestro comportamiento, disminuyendo las emociones positivas y aumentando las negativas.

El calor y el cerebro no son compatibles. ¿A qué se debe esto?

El calor y el cerebro no son compatibles. ¿A qué se debe esto?

El cerebro es uno de los órganos fundamentales del cuerpo humano, por ende debemos cuidarlo a toda costa. En ese sentido, diversos estudios arrojaron resultados impactantes sobre cómo el calor afecta el funcionamiento del cerebro.

Las altas temperaturas alteran la cabeza en distintos niveles; por un lado, se ven modificaciones en el aspecto cognitivo, así como cambios pronunciados en nuestro comportamiento.

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Cómo afecta el calor al cerebro y las neuronas

Sandra Giménez, neurofisióloga clínica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, explica por qué no estamos hechos para trabajar en este clima: “El calor extremo afecta a todas las funciones cognitivas del cerebro: nuestra capacidad de reacción, nuestra capacidad de respuesta, la memoria, etc. Todo cuesta mucho más, vamos mucho más lentos. No vamos a decir que se derritan las neuronas, pero sí que hay una afectación, el rendimiento es mucho peor con las altas temperaturas”.

En esa misma línea, Valentín Martínez, doctor en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Colegio de Psicología de Madrid, explica como se alteran las emociones con el cambio de temperatura: “El calor extremo puede aumentar la irritabilidad y disminuir el autocontrol, lo que puede traducirse en un comportamiento más agresivo. La relación entre el calor intenso y la agresividad es real”.

En términos más técnicos, Mar Gómez, meteoróloga y divulgadora científica, profundiza: “Nuestro cerebro funciona de forma adecuada gracias, entre otras cosas, al hipotálamo, que es el coordinador del sistema nervioso autónomo y actúa como una especie de termómetro interno del cerebro. Cuando este detecta que existen cambios entre su propia temperatura y la de los termorreceptores de la piel, el hipotálamo establece los mecanismos para regularla”.

Asimismo, varios estudios mostraron diferencias en el estudio con calor y climas más equilibrados. Un ejemplo es uno que se realizo en escuelas públicas de Nueva York en 2018, el cual indicó que rendir un examen en un día a más de 32 grados resulta en una reducción del 14% en la nota en relación con hacer ese mismo examen a 22 grados. Además, las chances de aprobar una materia se reducen en casi un 11%.

Por otro lado, dos investigaciones coincidieron en esta mirada. Un estudio, también hecho en Estados Unidos, comprobó que “la tasa de aprendizaje disminuye con un aumento en el número de días escolares calurosos”. La Universidad de Boston realizó una investigación durante una ola de calor en 2016, de la cual rescataron que quienes vivían en habitaciones sin aire acondicionado tenían una capacidad de reacción un 13% más lenta en pruebas de aritmética y obtenían casi 10% menos respuestas correctas por minuto que aquellos compañeros que sí contaban con aire acondicionado.

Para combatir al calor, se recomienda priorizar el descanso, así como mantenerse hidratado, evitar la exposición prolongada al calor extremo, ubicarse en lugares frescos y con aire acondicionado, usar ropa ligera y de colores claros para facilitar la transpiración y limitar la actividad física intensa al aire libre durante las horas de más calor.

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