El mundo de la moda perdió a uno de sus grandes referentes: Giorgio Armani murió a los 91 años en Italia. Su nombre es sinónimo de elegancia sobria, de líneas limpias y de un estilo que transformó tanto la moda masculina como la femenina. Elegido tanto por estrellas de Hollywood como las casas reales europeas, pocos creadores alcanzaron su nivel de influencia.
Murió Giorgio Armani: su estilo inconfundible y su idilio con la realeza y las estrellas de Hollywood
El diseñador italiano falleció a los 91 años dejando un legado que marcó la moda con sus trajes desestructurados y sus vestidos tanto para la realeza como para las actrices de Hollywood.
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El diseñador italiano dejó su marca en la moda, que fue utilizada por la realeza y grandes figuras de Hollywood.
Armani no solo diseñaba ropa; construía una idea de cómo debía presentarse una persona en público. Sus trajes desestructurados liberaron a los hombres del corset rígido del vestir tradicional, mientras que sus vestidos de alta costura ofrecieron a las mujeres un lenguaje distinto: glamour sin excesos, sofisticación sin ornamentos innecesarios. Ese equilibrio entre comodidad y distinción fue su sello.
Su historia también es la de un imperio. Fundó su marca en los años 70 y la convirtió en un gigante con perfumes, accesorios, hoteles y hasta restaurantes. Su fortuna personal fue estimada en miles de millones, pero él prefería que lo recordaran como un trabajador incansable. Según sus colaboradores, Armani revisaba cada diseño hasta el último detalle, incluso en sus últimos días.
Giorgio Armani, el favorito de la realeza
El idilio entre Armani y la realeza tuvo momentos memorables. La reina Letizia de España eligió un traje blanco del diseñador para anunciar su compromiso con Felipe VI, un conjunto que con el tiempo se volvió un símbolo de su estilo. Otro hito fue el vestido nupcial de Charlene de Mónaco en 2011: una pieza de seda duquesa con incrustaciones de Swarovski y madreperlas bordadas a mano.
No fueron los únicos. La reina Rania de Jordania recurrió en varias ocasiones a sus vestidos de líneas puras para actos oficiales, combinando modernidad y tradición. La princesa Carolina de Mónaco, referente de elegancia en Europa, solía apostar por la sobriedad de Armani en galas benéficas. También las princesas Beatriz y Eugenia de York lo han lucido en eventos de la familia real británica, reforzando el vínculo de la firma con la realeza del Reino Unido.
Las actrices de Hollywood también convirtieron sus creaciones en iconos de la alfombra roja. Diane Keaton rompió moldes al recibir el Oscar con un traje Armani en 1978, mientras que Julia Roberts y Cate Blanchett consolidaron su imagen de estrellas elegantes con diseños de la firma. Lady Gaga llevó la teatralidad al extremo en los Grammy 2010, con un vestido futurista de Armani Privé, que todavía hoy se recuerda como uno de los más extravagantes de su carrera.
Armani: el diseñador que supo leer los tiempos
Más allá de los brillos y las cámaras, Armani fue un diseñador que supo leer los tiempos. En los 80 se alineó con la cultura ejecutiva y la estética yuppie; en los 2000, encontró inspiración en los viajes, en la fotografía y en la arquitectura. Sus últimas colecciones exploraban desde lo circense hasta lo marino, siempre con esa mezcla de rigor y poesía que lo distinguía.
Armani redefinió lo que significaba vestirse bien y mostró que la moda podía ser tanto un negocio global como un lenguaje íntimo. Su ausencia se sentirá en las pasarelas y en los guardarropas de quienes encontraron en sus diseños una segunda piel.
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