10 de mayo 2024 - 10:05

Teléfonos y educación: ¿hay que prohibirlos en las escuelas?

La prohibición del uso de los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento académico, reduce el acoso y disminuye la necesidad de asesoramiento psicológico de los estudiantes: ¿Por qué no se aplica en Argentina?

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Al cumplir 10 años el 94% de los alumnos en CABA llevan su CELU al colegio. Menos de uno de cada tres de los chicos, entienden que el móvil podría ser una herramienta de aprendizaje si bien cerca de la mitad ya lo usa unas doce horas al día. La ley dice que hasta que no cumplen 13, no debieran participar de las redes sociales, pero por entonces ya el 98% lo hace (son datos de la psiquiatra Geraldine Peronace, UNICEF y del CEIO de la Defensoría porteña).

Por una cuestión de comodidad de los padres y estatus, ignorancia de los educadores y ambición de los políticos, estamos frente a una epidemia que nadie quiere ver. Hoy, la película de 2006 Idiocracy adelanta nuestro futuro.

Las primeras reacciones

Tal vez no fuera más que por “instinto de maestra” -en los considerandos se hablaba de que “descentran y desconcentran”-, la cosa es que a a mediados de 2006 la Ministra de Educación de la Provincia de Buenos Aires, Adriana Puiggrós, alarmada por la caída en la calidad educativa, prohibió el uso de los teléfonos celulares por parte de los alumnos y profesores “dentro del ámbito escolar y en el horario de clase”, haciendo de Buenos Aires la primera del país en imponer una veda total (no afectaba a las escuelas privadas).

Muy errada con su preocupación no estaba. Las pruebas PISA del año siguiente mostrarían una caída de casi 7 puntos desde el año 2000, en los ya lamentables conocimientos matemáticos, 11% en la capacidad de lectura y 1% en los conocimientos científicos de los estudiantes argentinos, entre los cuales los bonaerenses eran mayoría.

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Las pruebas PISA grafican la ruinosa situación educativa de Argentina y como la idea de incorporar el celular a las clases no sirvió de nada. La próxima evaluación será en septiembre de 2025.

Las pruebas PISA grafican la ruinosa situación educativa de Argentina y como la idea de incorporar el celular a las clases no sirvió de nada. La próxima evaluación será en septiembre de 2025.

Si bien para el Ministro de Educación de la Nación de aquel entonces, Daniel Filmus, “el uso del celular en el aula debería estar prohibido”, la realidad es que no hizo nada en este sentido, dejando que las provincias regularan el uso de los “celu”.

En esos años, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero y Misiones implementaron leyes, prohibiendo el uso de los teléfonos dentro de la aulas, mientras otras provincias como Catamarca, Tucumán Mendoza y la Ciudad de Buenos Aires optaron por resoluciones o recomendaciones ministeriales más blandas, dejando las cosas a cargo de las propias escuelas y oras no tomaron ninguna medida. En 2009 el senador R.Basualdo presentó un proyecto prohibiendo el uso de los aparatos en los colegios a nivel nacional, que no prosperó.

Desde ya que hubo muchos alumnos y padres que se opusieron con el remanido argumento de la seguridad de los chicos, a lo que la ley contestaba que “los alumnos dentro del aula se encuentran dentro de la esfera de custodia integral de los docentes".

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Más de la mita de los Estudiantes Argentinos (54%) se distraen en clase con el uso de los Celulares, más que en cualquier otro país del mundo

Más de la mita de los Estudiantes Argentinos (54%) se distraen en clase con el uso de los Celulares, más que en cualquier otro país del mundo

Con el cambio de gobierno, una de las primeras medidas que tomó en 2016 el recién asumido Ministro de Educación de María Eugenia Vidal, Alejandro Finocchiaro fue dar de baja la resolución de su predecesora. Al saltar al año siguiente a la Nación, primero como Ministro de Educación y luego Ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, llevó tras de el "Traé tu propio dispositivo al aula", que había implementado en la provincia, bajo la idea de generar una plataforma online de contenidos educativos para niños y docentes. Si bien de manera expresa no todas se plegaron a la idea, las provincias fueron relajando las disposiciones que prohibían el uso de los celulares en las aulas.

¿Qué pasó con las pruebas PISA mientras tanto? Es obvio que el uso de los celulares en clase no es un determinante -al menos no el único- de la calidad educativa. Pero mientras estuvo vigente la prohibición en la PBA se ve una mejora de 1% y 3% en la puntuación de matemáticas y ciencia (lectura sin cambios), con una caída de 2% y 1% (mejora de 1%) entre que se implementó el “trae tu dispositivo” y la pandemia (-3%, 0% y 1% a 2022).

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La calidad educativa del -alguna vez proverbial- sistema Argentino, se ha degrado dentro de los de bajos resultados de América Latina a un punto en que solo supera la de cinco países evaluados por PISA.

La calidad educativa del -alguna vez proverbial- sistema Argentino, se ha degrado dentro de los de bajos resultados de América Latina a un punto en que solo supera la de cinco países evaluados por PISA.

Hoy entre doce países Latinoamericanos evaluados, la educación escolar de nuestros jóvenes de 15 años es apenas mayor que la de los de Panamá, Paraguay, Guatemala, el Salvador y Republica Dominicana.

Sin entrar a discutir los pormenores, es obvio que la incorporación de lo celulares a las clases que propugnó Finocchiaro no hizo nada para mejorar la ruinosa situación educativa de los estudiantes argentinos, que no extrañamente son los que más se distraen en el mundo con estos aparatos.

¿A cuánto equivale el tiempo que utilizan -en el aula- frente a las pantallitas? Según los funcionarios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a perder tres cuartas partes de las clases…

Mucho más que un problema académico

A esta altura, no hay prácticamente discusión sobre el efecto adverso que están teniendo los celulares sobre los estudiantes (la excepción es para países como la India y Etiopía), sea en clase o fuera de ella. A mediados del año pasado la UNESCO llegó a hablar de “efectos nefastos”, pidiendo una prohibición a nivel mundial de los teléfonos inteligentes en las escuelas, lo que equivale a casi a admitir que existe una “epidemia” sobre el aprendizaje.

UNESCO informe 2023 386165spa.pdf

Para la UNESCO el uso de los celulares en las escuelas de todo el mundo ha alcanzado un nivel crítico.

Un meta-análisis publicado hace pocos meses, cubriendo 14 países, encontró que estos efectos negativos sobre el aprendizaje no iban solo desde los primeros años hasta terminar la escuela sino que eran especialmente significativos a nivel universitario. Pero esto no es una cuestión de ir solo por la negativa: estudios en Bélgica, el Reino Unido y España han demostrado que la prohibición mejora el rendimiento académico, sobre todo en estudiantes con bajo desempeño.

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De lo que hasta ahora no se habla es del daño psicológico y mental, sobre todo en las niñas.

Lo qué, es más, la prohibición -al menos en Noruega, donde son opcionales por escuela- parece vincularse a:

  • una reducción del 60% en el número de consultas psicológicas que realizan los estudiantes,
  • una merma en la incidencia del bulling y el acoso entre los jóvenes,
  • un mejora en los resultados académicos de las niñas y en un incremento en su posibilidad de seguir carreras terciarias (en los niños no tuvo ningún efecto significativo).

Cuanto más estrictas las políticas “anti-celu”, mayores los beneficios, especialmente para los alumnos de entornos socioeconómicos más bajos y las niñas.

Leyes para el Siglo XXI

Según la Unesco, menos uno de cada cuatro países del mundo ya ha implementado legislación “anti-celu” en los centros de enseñanza

En 2019 Emanuel Macron cumplió su promesa de campaña y con “una ley para el siglo XXI” convirtió a Francia en el primer país en prohibir el uso total de los celulares y hasta los relojes inteligentes en las escuelas por alumnos y maestros (las prohibiciones durante clases regían desde 2010). Italia, Finlandia, Suecia, Irlanda, Reino Unido, España, Portugal, los Países Bajos, Rusia, Israel, Japón, Australia, las dos Korea, Singapore Ghana, Ruanda, Uganda y China, están entre los países que le siguieron y hoy prohíben los “celus”.

Los EE.UU. vienen más retrasados, ya que solo 32% de los padres dice estar a favor de este tipo de legislación, pero luego de la prohibición del año pasado en Florida, Ohio, Virginia,, Connecticut, Indiana, Kentucky, Pennsylvania, Oklahoma, Vermont y Kansas -mayoría de estados Republicanos- han tomado un camino similar, por lo que no podemos descartar que en 2025 se presente un proyecto ante el Congreso.

La situación local

Entre nosotros, la cosa no viene bien. A nivel Nacional es claro que no podemos esperar nada, por más que la prohibición "no cuesta plata", en línea con la máxima del gobierno. Después de la “ola pro-Celu” durante la gestión Macrista y la revolución tecnológica de la pandemia, la única Provincia que tomó una medida concreta en contra del uso de los aparatos en las escuelas, fue Catamarca.

El proyecto que se presentó en marzo del año pasado en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires no prosperó y el de este marzo del Senador Emmanuel González Santalla, algo más erudito, que acota a la escuela primaria y cede en los maestros la potestad total para decidir cada caso, en realidad no cambiaría nada.

Lo que es más, podría terminar empeorando la situación actual, dando una “carta blanca” a los estudiantes secundarios, siendo nada más que una excusa para no enfrentar los problemas de fondo que tiene nuestra educación.

Por lo pronto, de prosperar, garantizaría que por esas cosas de la política la Ciudad de Buenos Aires y la Nación se nieguen a tomar el mismo camino.

De todas formas, la evidencia es que salvo en algunos países, si la prohibición no es total (maestros y alumnos, durante toda el horario escolar) la restricciones se ignoran soberanamente.

Por caso, en el 76% de las escuelas públicas norteamericanas está prohibido el uso “no académico” de los teléfonos en clase (era el 90% diez años atrás, clara muestra del retroceso yanqui) pero, según reporta Bloomberg, el 97% de los estudiantes dicen que los utilizan una media de 43 minutos durante ese tiempo.

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Más de una hora al día del uso del Celular en la escuela no aporta nada y es claramente negativa fuera de ella (en la educación de jóvenes de 15 años)

Más de una hora al día del uso del Celular en la escuela no aporta nada y es claramente negativa fuera de ella (en la educación de jóvenes de 15 años)

Lo interesante es que a pesar de ser especialmente conscientes de los perjuicios que generan en clase, que uno de cada tres estudiantes en todo el mundo admite que los distraen en clases y que su uso más allá de una hora al día especialmente fuera de la clase es contraproducente, la gente de la OCDE se ha venido mostrando reacia a proponer cualquier forma de prohibición.

De hecho, frente al estudio de la UNESCO, contestaron en diciembre en que: "prohibir los móviles en los colegios puede llevar a que los alumnos sean menos capaces de adoptar un comportamiento responsable respecto a su uso" y que la salida es enseñar a los jóvenes y adolescentes a hacer un uso "adecuado" y "moderado" de la tecnología.

Fig 7 PISA 2022 Insights and Interpretations.pdf

Informe PISA 2022. Alguna vez la Argentina no les dio la bienvenida, pero el sol no se tapa con un dedo.

Sin dudas que en un mundo ideal la educación es la respuesta para transformar lo que son hoy artilugios de distracción, en la gran herramienta tecnológica que realmente son.

Pero mientras no seamos capaces de brindar esa educación -que debería comenzar en el hogar-, la prohibición de los celulares en la escuela puede ser el mejor camino.

Podemos hablar todo lo que usted quiera de economía y de negocios, reformas laborales, impositivas, judiciales o lo que sea, pero sin una mejora significativa en el nivel educativo, Argentina no tiene futuro... y el uso de los teléfonos celulares en las escuelas atenta contra eso.

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