A 6 décadas del ejemplar plan Marshall
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Aunque el primer ministro británico Winston Churchill describió el plan como «el acto menos sórdido de la historia», ni a Truman ni a Marshall los movía un especial afán filantrópico.
Siendo ambos políticos avezados, les preocupaba que una Europa destrozada por la guerra, las sequías de los años posteriores y uno de los peores inviernos de los que hay memoria pudiera sumirse en el caos o -¡ni pensarlo!el comunismo.
El plan requería el consenso de los países interesados, que deberían funcionar como una unidad económica única y cooperar entre sí.
Pese a las heridas de la guerra, encontró eco de inmediato. Un total de 17 países europeos se reunieron en París el 12 de julio de 1947 para establecer las bases de dónde, cuánto y cómo destinar la ayuda.
Aunque inicialmente se ofreció a los países de la órbitasoviética, el ministro de
Exteriores de la URSS, Viacheslav Molotov, la rechazó al describir el plan como imperialismo a través del dólar.
Durante sus cuatro años de duración, hasta 1951, el plan aportó 13.000 millones de dólares en ayuda económica y técnica a los países europeos, que en ese plazo recuperaron y superaron, con la excepción de Alemania, los niveles económicos de que gozaban antes de la guerra. No sólo se benefició Europa. Los Estados Unidos experimentaron una explosión económica gracias a la compra
de productos suyos al otro lado del Atlántico, fomentada por los dólares que aportaba el plan.
Al plan Marshall se le atribuye también el haber sembrado la semilla de la integración europea, al abrir el camino para la cooperación económica entre los Estados que con el tiempo dio lugar a la Comunidad del Carbón y el Acero, y al Mercado Común Europeo.
Según el Departamento de Estado, «el plan Marshall satisfizoa aquellos que querían que nuestra política exterior fuera generosa e idealista, y a aquellos que querían una política realista; ayudó a alimentar a los hambrientos y a dar techo a quienes de él carecían, al tiempo que detuvo el auge del comunismo y permitió el restablecimiento económico europeo».
Barry Machado, autor del informe «In Search of a Usable Past: The Marshall Plan and Postwar Reconstruction Today» («En busca de un pasado útil: El Plan Marshall y la reconstrucción de la posguerra hoy»), considera que, entre otros elementos claves, la estrategia funcionó porque contó con el apoyo público y político en los EE.UU.
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