30 de julio 2008 - 00:00

Berlusconi hace lo que no se puede en el país

Silvio Berlusconi impuso desde su nueva asunción como primer ministro una política de dureza contra el delito y la inmigración ilegal. Avanza en una línea que prometió durante su campaña electoral pese a las críticas de la oposición y de algunos gobiernos europeos.
Silvio Berlusconi impuso desde su nueva asunción como primer ministro una política de dureza contra el delito y la inmigración ilegal. Avanza en una línea que prometió durante su campaña electoral pese a las críticas de la oposición y de algunos gobiernos europeos.
Roma (Reuters, ANSA, EFE) - El gobierno italiano aprobó ayer un decreto que le permitirá sacar al Ejército a la calle para ayudar a la policía a luchar contra el crimen, frenar la inmigración ilegal y defender potenciales blancos del terrorismo.

El ministro del Interior, Roberto Maroni, y el de Defensa, Ignazio La Russa, firmaron el decreto, que regirá desde el lunes y por seis meses y que podrán ser prorrogados, tras los cuales podría decidirse una extensión de la medida a más ciudades.

La oposición de centroizquierda levantó de inmediato sus quejas, afirmando que la medida es solamente una « fachada» que podría dañar la imagen del país en el exterior y alejar a los turistas.

Unos 1.000 soldados patrullarán a pie y en parejas las calles de Roma, Milán, Nápoles, Catania, Bari, Turín, Palermo, Verona y Padua, siempre acompañados de uno o dos agentes de policía. Además, otros 1.000 vigilarán el exterior de los centros de detención de inmigrantes en 16 provincias y otros 1.000 protegerán «objetivos sensibles» como el Vaticano, la catedral de Milán, embajadas y estaciones de trenes, lugares que podrían ser objeto de atentados.

  • Patrullas

    «Es la demostración de que queremos eliminar el miedo de los ciudadanos», dijo La Russa en una conferencia de prensa. En tanto, su colega Maroni explicó que los militares -cuyo despliegue calificó de «útil para la seguridad»pertenecen al Ejército, la Marina, la Aeronáutica y el arma de Carabineros.

    Roma será la ciudad que contará con más militares en labores de patrulla, en total 195 soldados, mientras 170 estarán en Milán, 150 en Nápoles, 90 en Bari y 80 en Turín. Su labor será de seguridad pública y no de policía judicial, con lo que sólo podrán practicar detenciones en situación de flagrante delito, realizarán las patrullas a pie y portarán armas cortas.

    La Russa indicó que los soldados que vigilarán las calles están siguiendo un curso específico de formación y que muchos de ellos han realizado labores de patrulla en misiones de paz en el extranjero.

    En cuanto a las labores de vigilancia en objetivos y sitios sensibles, los militares actuarán en 51 lugares de Roma, 20 de Milán y uno de Nápoles. Sus normas de actuación serán establecidas por los alcaldes y los comités de orden y seguridad, indicó el ministro de Interior.

    El partido Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi llegó al poder en las elecciones de abril prometiendo mano dura contra la inmigración ilegal y la delincuencia, fenómenos que relaciona el oficialismo. El primer ministro rechazó las críticas de la oposición, afirmando que está exagerando el problema.

    La inmigración saltó a lo más alto de la agenda política después de una serie de crímenesrelacionados con inmigrantes ilegales. La semana pasada, el gobierno declaró el estado de emergencia para atender la llegada de sin papeles, dando poderes especiales a la policía y las autoridades locales (ver nota aparte).

    El Partido Demócrata ( centroizquierda), principal de la oposición, ya criticó la medida cuando fue anunciada al considerar que se militariza el país.

  • Imagen

    «Sacar el Ejército a las calles es esencialmente un ejercicio de construcción de imagen que se arriesgan a que se vuelva en su contra», dijo Marco Minniti, «ministro de Interior en la sombra» de la oposición. «Soldados patrullando el centro de ciudades que son nuestra mayor atracción turística no son una postal muy bonita para Italia en el momento culminante de la temporada turística», añadió.

    Minniti y otros miembros de la oposición han acusado al gobierno de intentar salvar la cara tras el malestar creado en las fuerzas de seguridad por los recientes recortes presupuestarios.

    Antonio Di Pietro, ex juez y diputado, dijo que las medidas serán tan eficaces como «lavarse la cara con agua sucia», y añadió que la solución real no es llamar al Ejército sino dar más recursos a la policía.

    Los sindicatos de policía también se mostraron críticos. El secretario general del Cosip, Franco Maccari, señaló, citado por el diario «La Repubblica», que «los problemas de seguridad pública son concretos», a la vez que consideró el empleo del Ejército como «sólo una operación de fachada». Para el secretario nacional del sindicato Consap, Giorgio Innocenzi, «los militares sirven para encauzar las emergencias», pero en Italia la criminalidad no es tal, sino «un problema estructural que para resolverlo son necesarios medios y fondos para las fuerzas del orden que actúan en el territorio».
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