22 de octubre 2007 - 00:00

Blair: "Me siento como una mujer maltratada"

Tony Blair
Tony Blair
Londres (El Mundo, EFE, Reuters) - La frase no es demasiado afortunada, pero es muy descriptiva. Miles de británicos la leyeron en la portada del «Mail on Sunday» junto a otras perlas de una nueva versión de la biografía de Tony Blair, actualizada minuciosamente por el autor Anthony Seldon. «Me siento como una mujer maltratada», dijo el ex primer ministro.

A juzgar por lo que ofrece la prensa, el libro es un jugoso recuento de los choques de ida y vuelta que rodearon al Blair crepuscular, hundido en los sondeos y cada vez más acosado por las amenazas de su ministro de Economía, Gordon Brown, ávido de heredar su cargo.

Es inevitable enmarcar la polémica en los recientes sucesos políticos en el Reino Unido. En los últimos días, los laboristas todavía fieles a Blair se han cobrado viejas facturas criticando duramente a Brown después de la desastrosa doble jugada política que buscó dar pábulo a los rumores de elecciones anticipadas para luego dar marcha atrás en el último momento ante el auge de los conservadores en las encuestas.

Blair llegó a espetarle a Brown: «Todo lo que tengo que decir es: ¿Cuándo te vas a ir de una puta vez de aquí?».

  • Golpe incruento

    ¿Cuándo y por qué confesó Blair a sus asesores que se sentía como una mujer maltratada? El incidente se remonta a setiembre del año pasado, cuando un puñado de jóvenes aliados de Brown arrancó al todavía primer ministro el anuncio de que se retiraría en la primavera de 2007. Aquello fue una especie de golpe incruento que terminó por arruinar la ya de por sí tensa relación entre los dos pesos pesados del Nuevo Laborismo y precipitó la salida de Blair en junio de este año.

    El ex primer ministro pronunció la frase después de una tensa conversacióncon Ed Balls, entonces seguidor número uno de Brown y hoy ministro de Educación. No es la única exquisitez que se extrae del adelanto del libro, un siniestro repaso por las miserias de la lucha por el poder en Downing Street. Seldon retrata a Gordon Brown como un político tan impaciente como dubitativo, empeñado en tomar el poder pero incapaz de dar el tiro de gracia en más de una ocasión a su rival político. Cita por ejemplo una crucial entrevista radial en mayo de 2006 en la que se suponía que Brown iba a embestir contra Blair, moribundo tras los resultados de las municipales. Sin embargo, el hoy primer ministro no lo hizo, desatandola furia de sus asesores, entre otros del propio Balls, que usó la expresión hiriente «He bottled it» -algo así como «no ha tenido huevos de hacerlo»-, precisamente la misma que los periódicos utilizaron esta semana para definir la espantada de Brown en torno al anticipo electoral.

    Por lo que deja entrever el libro de Seldon -que ha hablado con alrededor de 300 altos cargos y funcionarios de Downing Street, casi todos próximos a Blair-, las broncas entre los dos titanes del laborismo alcanzaron proporciones de tragedia shakesperiana.

    Se cita por ejemplo el enojo de Brown cuando Blair nombró en 2005 jefe de campaña al fiel Alan Milburn. «¿Nombraste al jodido Milburn? ¿Qué pasa, lo hiciste para cocinar un programa contra mí?», sostiene que dijo entonces el actual primer ministro.

    Por si fuera poco, Gordon Brown queda además como un cobarde al pedirle a Blair el año pasado que le garantizara que nadie más competía con él por el liderazgo. Al final, sin embargo, el libro confirma que Blair trató de auspiciar -infructuosamente- la candidatura del actual ministro de Exteriores David Miliband para vengarse de las ofensas recibidas.
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