4 de septiembre 2007 - 00:00

Brown: "Repliegue no es derrota"

Bagdad y Londres (EFE, AFP, Reuters) - El repliegue de las tropas británicas del centro de Basora, la segunda mayor ciudad de Irak, completado ayer, aumentó el temor entre la población civil a que las milicias chiitas se enfrenten para intentar ocupar el «vacío de poder» creado. En tanto, el primer ministro británico, Gordon Brown, aclaró que la medida ya estaba prevista y que no debe ser interpretada como una admisión de derrota.

Unos 550 militares británicos terminaron de evacuar ayer el Palacio presidencial de Basora, donde tenían su cuartel general, y se dirigieron a una base cercana al aeropuerto tras dejar la localidad a cargo a las fuerzas de seguridad iraquíes.

La evacuación de Basora, una ciudad de más de un millón y medio de habitantes, sigue a las de las provincias meridionales de Muzan, Maysan y Ziqar.

En declaraciones a la BBC, Brown negó ayer que el repliegue suponga la admisión de una derrota militar y dijo que «esencialmente, es un movimiento de una posición en la que teníamos un rol de combate, en cuatro provincias, hacia un papel más de vigilancia».

El jefe de Gobierno subrayó que el número de soldados británicos en Irak seguirá siendo más o menos el mismo, y que las tropas británicas podrán « intervenir directamente de nuevo en determinadas circunstancias».

«La decisión es una iniciativa iraquí y es parte de un proceso aprobado por la coalición, desarrollado en consultas con el gobierno iraquí y como una continuación del éxito en el traspaso de poderes en otras bases dentro y en los alrededores de la ciudad», afirmó un comunicado del ministerio británico de Defensa.

El trasfondo de esta decisión está dado por las críticas de altos jefes militares británicos a la estrategia estadounidense para Irak, y a denuncias desde EE.UU. de que el Reino Unido está adoptando una estrategia de «recortar tropas y correr».

Más allá de las polémicas y de las aclaraciones, lo cierto es que el repliegue británico en la última provincia cuya seguridad controla se ha interpretado en Irak como un nuevo paso en la retirada gradual del Ejército del Reino Unido del país.

Y eso genera temores. Según explicaron analistas y expertos de esa ciudad, ni siquiera la suspensión de la violencia durante seis meses decretada la semana pasada por el clérigo radical chiita Muqtada al Sadr y su milicia Ejército del Mahdi es un seguro de que la paz entre las facciones vaya a mantenerse mucho tiempo, lo que, de concretarse, podría amenazar el flujo de petróleo desde Irak.

Basora, principal centro de exportaciones de crudo del país, sufre desde hace meses los enfrentamientos entre diferentes milicias chiitas por hacerse con su control.

Un analista político de la ciudad, Shahid Arfan, señaló: «Las facciones intentan asegurarse el control sobre los yacimientos de petróleo y sobre el contrabando ilegal de crudo».

«Dada la debilidad del gobierno central del primer ministro Nuri al Maliki y la incapacidad de las fuerzas iraquíes de dominar totalmente la situación, el repliegue británico podría llevar a una explosión de la violencia entre milicias», añadió Arfan. «La exportación de petróleo puede correr un serio peligro», añadió este analista.

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