Dos helicópteros y un autobús con al menos 20 guerrilleros de las FARC llegaron en la madrugada del sábado a la cárcel de la localidad colombiana de Chiquinquirá, continuando con el proceso para una excarcelación masiva de rebeldes.
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La tranquilidad de la zona, prácticamente despoblada, donde se localiza la prisión, se rompió pasada la medianoche del viernes con el sobrevuelo y posterior aterrizaje de las aeronaves en el interior del centro carcelario.
Casi al mismo tiempo un autobús hizo su ingreso al penal, transportando unos 20 rebeldes que se sumaron a más de un centenar que habían llegado el viernes.
Los guerrilleros, que serán liberados como un gesto unilateral del gobierno del presidente Alvaro Uribe para tratar de presionar la liberación de un grupo de 56 secuestrados, ocultan sus rostros al ingresar a la prisión y algunos utilizan capuchas para evitar ser identificados.
Tanto el Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec) que tiene bajo su responsabilidad el cuidado de los rebeldes, como la policía y el ejército que acordonan la cárcel (140 km al norte de Bogotá), guardaron reserva sobre las personas que llegaron al lugar en los dos helicópteros militares.
Entre el grupo de secuestrados en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuya liberación busca el gobierno se encuentran la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt, tres estadounidenses, políticos, militares y policías.
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