La edición número 178 de la esperada fiesta de la cerveza, la multitudinaria Oktoberfest de Munich, arrancó al mediodía cuando el alcalde de la ciudad, Christian Ude, abrió el primer barril de la bebida más adorada en Alemania.
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"O`zapft is" ("¡ya está abierto!"), gritó a las 12:00 hora local al dar los dos golpes necesarios para abrir el primer barril e inaugurar una nueva edición de la mayor fiesta popular de Alemania, que este año se centra en lo tradicional y se presenta mayor que nunca.
El primer trago fue para el jefe de gobierno de Baviera, el conservador Horst Seehofer, mientras 12 salvas de cañón abrían el macroevento.
A continuación, toda la multitud, ataviada con trajes regionales bávaros, se trasladó al recinto en el Prado de Teresa, donde se celebra el festival.
Como se viene haciendo desde 1810, partió en uno de los mayores desfiles de este tipo en el mundo, que comenzó en el palacio Maximilianeum, en el centro de la ciudad.
Hasta el tres de octubre, la Oktoberfest contará unos seis millones de visitantes que acudirán al recinto ferial a beber cerveza, comer un "Brezel", escuchar música popular o disfrutar de alguno de los numerosos espectáculos históricos y de folklore bávaro.
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