EEUU amenazó con paralizar diálogos con Rusia por ataques a hospitales en Alepo
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Kerry citó la creación de un "centro conjunto" de coordinación militar previsto por un acuerdo firmado en Ginebra por Rusia y Estados Unidos el 9 de septiembre pero que saltó por los aires diez días después.
Sin embargo, al final de la jornada, el ministerio de Defensa ruso dijo que el país está listo para relanzar las conversaciones con Estados Unidos para solucionar la crisis en Siria.
"Después de una entrevista telefónica entre el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado, John Kerry, el presidente (Vladimir Putin) encargó al ministerio de Relaciones Exteriores y al de Defensa que estuvieran listos para seguir trabajando de manera conjunta con nuestros socios estadounidenses, en el tema de Siria", declaró el general Viktor Poznijir, alto jefe del Estado Mayor ruso.
"Esta es una guerra dirigida contra los trabajadores sanitarios de Siria", denunció Ban Ki-moon, recordando que el derecho internacional obligaba a proteger al personal y las instalaciones médicas. "Los ataques deliberados contra hospitales son crímenes de guerra", agregó.
Para Diana Semaan, de Amnistía Internacional (AI), estos bombardeos persiguen obligar a los 250.000 habitantes de los sectores rebeldes a huir hacia las zonas gubernamentales.
"El único objetivo de estos ataques contra los hospitales es aumentar el sufrimiento de los civiles, destruir las infraestructuras para obligar a los civiles a partir hacia las regiones donde sigue habiendo infraestructuras", explicó a la AFP.
La violencia de los bombardeos llevó al papa Francisco a lanzar "un llamado a la conciencia de los responsables de los bombardeos, que tendrán que rendirle cuentas a Dios".
Un generador de uno de los dos hospitales quedó completamente destruido. Tres empleados resultaron heridos en el segundo hospital, incluyendo un conductor de ambulancia, una enfermera y un contable, según Adham Sahlul, de SAMS.
Sahlul calificó los ataques de "deliberados" y señaló que "ya sólo quedan seis hospitales activos, ahora que estos dos establecimientos están fuera de servicio".
"La gente herida y los enfermos en un estado grave deben ser evacuados del sector este de Alepo", declaró la ONG Médicos sin Fronteras.
Más de 165 personas, en su mayoría civiles, murieron en los bombardeos desde el jueves 22 de septiembre, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El jueves pasado, al iniciar la ofensiva, la Fuerza Aérea siria había llamado a los habitantes del este de Alepo de dirigirse a las zonas controladas por el gobierno.
La mayoría de los habitantes en zona rebelde temen ser detenidos si van al oeste de la ciudad.
"No sabemos lo que nos espera en los próximos días. Temo que sigamos asediados y que el régimen avance aún hacia los barrios residenciales. Nos matará con las balas, no con los bombardeos. No hay manera de huir. Apuntan a todos los barrios", confió a la AFP Mohammad Al Rifai, de 37 años, residente en el barrio de Al Chaar, donde alquila vehículos.
El ejército se apoderó el martes de Farafira, un pequeño barrio rebelde de la ciudad vieja de Alepo, donde se concentran los combates.
El miércoles, seis civiles murieron en un bombardeo de artillería del régimen cerca de una panadería, según socorristas.
El barrio de Maadi, uno de los más afectados, es blanco de la artillería gubernamental ubicada en la ciudadela de la Ciudad Vieja.
El jefe de la organización Cascos Blancos Sirios (la defensa civil del territorio rebelde) advirtió en una entrevista a la AFP que el este de Alepo no "aguantará más de un mes" debido a la destrucción de los servicios municipales.
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