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Hablando ya como candidato, atacó a McCain, diciendo que éste ofrece al país una continuidad de las impopulares políticas de George W. Bush. «Debemos ser cuidadosos para salir de Irak, pero debemos comenzar a hacerlo. Es tiempo de que los iraquíes tomen la responsabilidad de su futuro», remarcó.
Al menos 25 superdelegados anunciaron ayer su apoyo a Obama, aun antes de que se divulgaran los resultados de las dos primarias de ayer, que pusieron en juego 31 delegados. Hillary dio la sorpresa al imponerse por 56% a 44% en Dakota del Sur, pero el carácter proporcional para el reparto de delegados dio a Obama los últimos representantes que necesitaba para asegurar su postulación. En tanto, al cierre de esta edición se proyectaba el triunfo del senador por Illinois en Montana.
Según los cálculos de todos los diarios, agencias de noticias y cadenas de TV, Obama superó anoche con holgura la cifra de 2.118 delegados y superdelegados necesarios para conseguir la investidura presidencial (llevaba 2.132). Un resultado impensado en enero, al comienzo de la contienda, cuando se consideraba a la ex primera dama amplia favorita.
Antes de que hablara el vencedor de la contienda, Hillary dio un discurso en Nueva York, en el que felicitó a su rival pero no admitió su derrota.
Dando por tierra con las versiones que anticipaban que declinaría su candidatura, dijo que «esta noche no tomaré ninguna decisión precipitada» e invitó a sus seguidores a escribir en su sitio Web sugerencias sobre qué debería hacer.
Con todo, el tono fue de despedida. Así, repasó sus propuestas de campaña y destacó que fue la vencedora en la votación popular -aunque no en número de delegados- y que fue quien hizo mejor papel en los estados grandes, donde afirmase juega la posibilidad de vencer a los republicanos en noviembre. Sugirió de ese modo que apunta aún a apelar la decisión partidaria de dar sólo medio voto a los delegados por Florida y Michigan -donde ganó- y a dar pelea por la voluntad de los últimos superdelegados.
Sin embargo, los analistas dicen que, en realidad, pretendenegociar que la campaña de Obama se haga cargo de sus deudas electorales y, eventualmente, acordar su incorporación a la fórmula demócrata e imponer algunas de sus principales propuestas, como la creación de un plan integral de salud.
Durante la jornada sus asesores debieron desmentir insistentes rumores de que admitiría su derrota. Finalmente, sólo lo hizo implícitamente, al aceptar en una videoconferencia con congresistas de Nueva York que está abierta a la posibilidad de ser la compañera de fórmula de Obama, como vicepresidente.
Un participante del encuentro que pidió no ser identificado, declaró a la CNN que la representante demócrata Nydia Velazquez le dijo a Clinton que creía que la mejor manera que tendría Obama de ganar el apoyo de sectores clave, como los hispanos, sería elegirla como compañera de fórmula y candidata a la vicepresidencia. « Estoy abierta a ello», respondió la senadora por Nueva York, de acuerdo con la fuente.
Durante la jornada, un importante flujo de « superdelegados» anunció su respaldo al candidato negro. Entre ellos se destacó el ex presidente Jimmy Carter, quien en reiteradas ocasiones había insistido con que el 3 de junio debía finalizar la carrera por la investidura para evitar «dividir» al partido.
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