1 de julio 2008 - 00:00

Ex asesor Montesinos exculpa a Fujimori de cargos en su contra

Montesinos declaró por más de cuatro horas hasta que sorpresivamente dio por concluidasu comparecencia. El ex funcionario está considerado como el artífice de la gran trama decorrupción que terminó por derrumbar el régimen de Fujimori.
Montesinos declaró por más de cuatro horas hasta que sorpresivamente dio por concluida su comparecencia. El ex funcionario está considerado como el artífice de la gran trama de corrupción que terminó por derrumbar el régimen de Fujimori.
Lima (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos exculpó ayer a Alberto Fujimori de los crímenes que se le imputan, pero justificó delitos «por razones de Estado», durante su esperada comparecencia como testigo clave en el juicio que se sigue al ex presidente peruano.

«He venido para poder cumplir y esclarecer que el señor Fujimori no tiene ninguna responsabilidad de los hechos materia de este proceso», declaró el artífice de la red de corrupción más grande de la historia contemporánea del país ante la Sala Penal Especial.

Contra todo pronóstico, ya que no se amparó en el derecho a mantener silencio, el que fue la mano derecha de Fujimori (1990-2000) rindió su testimonio en el histórico juicio al ex jefe de Estado, en lo que significó su primer encuentro ocho años después de la caída del régimen.

Defendió a Fujimori en varias ocasiones de las acusaciones relativas a las matanzas perpetradas durante el régimen y también negó su participación en una hipotética guerra sucia.

Con un rotundo «sí» Montesinos respondió al fiscal supremo, José Peláez, cuando le preguntó: «¿Quiere usted decir que por razones de Estado se pueden cometer delitos?», en alusión a un caso de interceptación telefónica en 1992.

Para justificar sus palabras, el ex asesor presidencial recordó que el gobierno del estadounidense Ronald Reagan (1981-1989) armó a la contra nicaragüense para aplacar la revolución sandinista con «armas traídas de Irán».

«Perú no es una isla y si la primera potencia en época de bipolaridad tomó esa decisión, ¿por qué no lo podía tomar el Perú para solucionar el problema de Sendero Luminoso y el MRTA?», se preguntó, al hablar sobre la guerra antisubversiva que él diseñó entre los años 1990 y 2000.

Aun así reafirmó que las Fuerzas Armadas de su país nunca aplicaron una «guerra de baja intensidad». Tras un tenso interrogatorio de cuatro horas, el ex asesor anunció que daba por concluida su comparecencia, lo que provocó un gran revuelo en la sala.

  • Silencio

    Y es que al no ampararse al inicio de la sesión en el derecho a guardar silencio, Montesinos debería haber seguido respondiendo a las cerca de mil preguntas que la Fiscalía le había preparado.

    En medio del caos, el presidente de la Sala Penal Especial, César San Martín, reconoció el derecho del testigo a no seguir testificando, aunque le reclamó que debía haber anunciado al inicio del juicio que su testimonio no iba a ser completo.

    Antes Montesinos había dejado claro que sólo iba a contestar lo que estimara pertinente: «Si no le gusta al fiscal, que la sala juzgue», alertó a la acusación y tras negarse en varias ocasiones a responder preguntas vinculadas con la seguridad del Estado.

    El testimonio del ex asesor presidencial de inteligencia era el más esperado del proceso iniciado en diciembre pasado, tres meses después de que Fujimori fuera extraditado a Perú desde Chile. Y es que el también llamado «Doc», desde el cargo de asesor de inteligencia, fue el poder en la sombra durante el régimen y el que presuntamente creó, bajo la anuencia del ex mandatario, el grupo militar encubierto Colina, autor de las matanzas más emblemáticas del denominado «fuji-montesinismo».

    Fujimori es juzgado por dos delitos contra los derechos humanos: las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), así como por los secuestros de un periodista y un empresario tras el autogolpe de 1992.

    Por su lado, Montesinos, quien ha recibido una docena de condenas, la mayor de 20 años por vender armas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), afronta otros juicios por delitos vinculados con estas matanzas y también por lavado de dinero procedente del narcotráfico.
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