22 de septiembre 2007 - 00:00

Fujimori llegó a Perú para ser juzgado tras 7 años de exilio

El helicóptero que trasnportó desde el aeropuerto de Lima hasta la sede del Diroes al ex presidente Fujimori (arr). Alberto Fujimori es trasladado a su celda especial (abajo).
El helicóptero que trasnportó desde el aeropuerto de Lima hasta la sede del Diroes al ex presidente Fujimori (arr). Alberto Fujimori es trasladado a su celda especial (abajo).
Lima, (AFP) -El ex presidente Alberto Fujimori, que salió de Perú como presidente hace siete años, regresó ayer extraditado desde Chile, detenido y con la obligación de responder por delitos de violación a los derechos humanos y corrupción.

Fujimori, de 69 años, llegó cerca de las 16H40 locales (21H40 GMT) a la base militar de Las Palmas, al sur de Lima, y casi de inmediato fue trasladado en helicóptero a la sede de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes), que será su sitio de reclusión de manera temporal, según señaló la ministra de Justicia, María Zavala.

La llegada del ex mandatario a la capital peruana ha estado rodeada de tal espectacular dispositivo de seguridad que no permitió a los medios verlo a su llegada a Lima, ciudad que dejó en 2000 en medio del peor escándalo de corrupción en la historia del país.

El destino de Fujimori -presidente del Perú entre 1990 y 2000- quedó sellado el viernes, cuando la Corte Suprema de Chile aprobó su extradición por dos cargos de violación a los derechos humanos y cinco de corrupción.

La policía ha habilitado en la sede de la Diroes -en el este de Lima- un ambiente especial de 50 m2, con un dormitorio, un pequeño estudio y un baño, construido con concreto armado y vidrios blindados para recluir allí a Fujimori.

El ex presidente quedará detenido bajo el 'Régimen Cerrado Especial', que le permitirá dos horas de patio al día y visitas restringidas a sus familiares cercanos y abogados.

Deberá, asimismo, conversar a través de una ventanilla y no podrá tener televisión pero sí acceso a revistas y periódicos.

El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ha dispuesto que sean diez los efectivos encargados de custodiar en permanencia al ex mandatario, además de los agentes del cuartel policial.

Unas condiciones de reclusión muy diferentes a las que vivió durante cinco años en Santiago, donde estuvo bajo arresto domiciliario en un condominio en las afueras de la capital chilena, con piscina y cancha de golf.

Las autoridades peruanas han expresado su intención de llegar a cabo un juicio rápido y en las cuales el ex mandatario goce de todas las garantías.

El cargo más grave que enfrenta el mandatario es por las matanzas de la Cantuta y Barrios Altos en Lima entre 1991 y 1992, ejecutadas por un escuadrón paramilitar. La justicia peruana deberá probar si él ordenó o estaba al tanto de esos operativos. La Fiscalía pide por este caso 30 años de prisión.

Más allá del aspecto judicial, el regreso a Lima tiene grandes connotaciones políticas, en un país donde todavía él y sus seguidores tienen gran influencia.

Poco antes de su llegada a Lima, centenares de sus partidarios se enfrentaron a agentes antimotines de la policía peruana cerca del aeropuerto internacional Jorge Chávez, al oeste de la capital peruana, donde suponían que llegaría el mandatario.

Unos 300 manifestantes lograron romper un cerco policial y avanzaron hasta las inmediaciones de la base de la Policía Aérea, a un costado del aeropuerto, donde se presume llegará el ex mandatario.

Los fujimoristas, que vestían camisetas con la foto de Fujimori, enarbolaron un gran cartel en que se leía: "defendamos la inocencia de Fujimori" y coreaban la consigna "Chino valiente, aquí está tu gente".

Con 13 congresistas sobre 120 en el Congreso unicameral, el fujimorismo ha hecho alianza -circunstancial y tácita- con el gubernamental APRA del presidente Alan García, lo que podría modificarse con esta nueva situación.

"El fujimorismo va a movilizarse, va a estar fuerte. El fujimorismo tiene mucho arraigo popular, esa gente me va a respaldar", aseguró el ex presidente a la prensa chilena.

El ex mandatario abandonó Chile tras arribar de sorpresa a Santiago en noviembre de 2005 desde Japón, donde pasó cinco años tras renunciar por fax a la presidencia peruana.

Su paso por Chile, según declaró el propio Fujimori, fue parte de una estrategia para lograr un "blindaje legal", que acortara el número de procesos judiciales que originalmente se le seguían en Perú.

El Estado peruano requería a Fujimori por 13 casos. De ellos, la Corte Suprema chilena descartó seis por los cuales ya no podrá ser juzgado.

Fujimori intentó evitar la extradición, y para ello incluso fue candidato en julio pasado a un escaño en el Senado de Japón, su segunda patria y donde en el pasado ha tenido gran influencia, aunque no lo logró.

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