1 de enero 2020 - 20:37

Hong Kong: marcha prodemocracia reunió un millón de personas, la policía reprimió y hubo 400 detenidos

La marcha busca presionar al ejecutivo local para que establezca un verdadero sufragio universal. Al mismo tiempo, exigen una investigación independiente sobre el comportamiento de la policía y la amnistía para todos los detenidos desde junio.

La protesta de esta noche en Hong Kong. 

La protesta de esta noche en Hong Kong. 

Hong Kong Free Press.

Más de un millón de manifestantes prodemocracia, según los organizadores, convergieron este miércoles en las calles de Hong Kong para celebrar el cambio de año y dar un nuevo impulso al movimiento, con esta protesta marcada por choques con la policía.

La excolonia británica vive desde junio su peor crisis desde su retrocesión a Pekín, en 1997.

Las protestas para obtener reformas democráticas se han traducido en marchas pacíficas que congregan a millones de personas, pero también en violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes.

Más de un millón de hongkoneses participaron en la manifestación de Año Nuevo, según los organizadores. "La cifra total de la marcha de hoy sobrepasa el 1,03 millones de personas [del 9] de junio", estimó en un comunicado el Frente Civil para los Derechos Humanos (FCDH), en alusión a la primera manifestación multitudinaria que supuso el verdadero inicio del movimiento.

Este miércoles, las autoridades pidieron a los organizadores que finalizaran la marcha más pronto de lo previsto debido a enfrentamientos. La protesta, autorizada, comenzó pacíficamente por la tarde, pero cuando el cortejo recorría el barrio de Wan Chai estallaron choques con la policía.

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La Policía reprimió la manifestación con gases lacrimógenos.

La policía antidisturbios, blanco de cócteles Molotov, respondió con gases lacrimógenos y gas pimienta.

"La policía nos pidió dispersar la marcha", anunciaron los organizadores por megáfonos a los manifestantes. "Por favor, váyanse inmediatamente, con calma y despacio", agregaron.

Los antidisturbios se desplegaron alrededor de la manifestación, incluso en la estación de metro de Wan Chai. Manifestantes con el rostro cubierto y vestidos de negro construyeron barricadas improvisadas. Algunos comercios sufrieron destrozos.

Aunque estos choques fueron menos violentos que en manifestaciones anteriores, unas 400 personas fueron detenidas, indicó la policía, principalmente por "reunión ilegal y posesión de armas".

La marcha buscaba presionar al ejecutivo local para que acceda a las reivindicaciones del movimiento, como el establecimiento de un verdadero sufragio universal, una investigación independiente sobre el comportamiento de la policía y la amnistía para todos los detenidos desde junio (unos 6.500, de los cuales casi un tercio tienen menos de 20 años).

"Es triste que nuestras reivindicaciones de 2019 tengan que pasar a 2020", lamentó ante la multitud Jimmi Sham, del FCDH, antes del comienzo de la manifestación. "Creemos que habrá más represión en el futuro. Tenemos que prepararnos activamente para la lucha", dijo.

"El Estado de derecho, los derechos humanos y la libertad de Hong Kong han sido progresivamente erosionados", señaló un manifestante, con el rostro oculto tras una máscara, en un discurso durante una reunión de los participantes en la protesta.

"Los habitantes de Hong Kong han sido empujados a una situación desesperada. Por eso hoy tenemos que salir", agregó.

Miles de personas se congregaron el martes por la noche en distintas zonas del territorio para la transición al 2020: "¡Diez! ¡Nueve! ¡Liberen Hong Kong, la revolución ahora!".

Pequeños grupos se juntaron en el barrio de Mong Kok, donde prendieron fuego a las barricadas, y fue entonces cuando las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos por primera vez en 2020.

Horas antes, miles de manifestantes formaron cadenas humanas kilométricas a través de las calles de la ciudad. Entonaron el "Gloria a Hong Kong", el himno de la protesta, y enarbolaron carteles que llamaban a proseguir la batalla por la democracia en 2020.

La protesta surgió en un principio contra un proyecto de ley que pretendía autorizar las extradiciones a China continental -al que las autoridades finalmente renunciaron-, y acabó ampliándose para denunciar el control ejercido por Pekín.

A finales de noviembre, el bando prodemocracia ganó las elecciones locales, que fueron consideradas como un referéndum sobre la forma en la que el gobierno local, respaldado por Pekín, gestiona la crisis. Desde entonces, los enfrentamientos en las protestas han sido esporádicos.

Los manifestantes, en cambio, prometieron continuar su lucha por una mayor libertad. Hasta ahora, el ejecutivo local dirigido por Carrie Lam ha rechazado sus peticiones.

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