El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió en que la política de su país es la de tratar de evitar que se profundice la crisis diplomática con Turquía a fin de rebajar la tensión entre los dos países en crisis.
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"Nuestra política ha sido y sigue siendo la de impedir que empeoren las relaciones con Turquía y suavizar la tensión entre los dos países", reza un mensaje de texto oficial remitido a los medios por la Oficina del Primer Ministro israelí.
La declaración de Netanyahu se produce después de que el "Yediot Aharonot", informara de que el titular de Exteriores, Avigdor Lieberman, examina adoptar medidas como armar a la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o promover el reconocimiento internacional del holocausto armenio, en respuesta a las amenazas del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
El primer ministro israelí indica que su Ejecutivo "ha analizado las distintas posibilidades en caso de una escalada, pero la decisión será adoptada sólo cuando sea el momento apropiado". Y concluye afirmando que "Israel se ha comportado y sigue comportándose con responsabilidad y espera que Turquía también se comporte acordemente".
El rotativo destacaba en portada que Lieberman haya decidido buscar fórmulas para "plantar cara a Turquía" y mañana valorará en una reunión diferentes propuestas al considerar que Ankara quiere utilizar la crisis para fomentar su papel en la región y en el mundo musulmán. "Le cobraremos a Erdogan un precio que le deje claro que no le vale la pena empezar a pelear con Israel", afirmó el Canciller en una reunión en su Ministerio con altos funcionarios sobre la cuestión.
Erdogan dijo que barcos de guerra turcos escoltarán cualquier embarcación del país cargada con ayuda para Gaza, tras anunciar que su Marina patrullará el este del Mediterráneo.
Las relaciones entre Israel y Turquía, antaño aliados estratégicos, se redujeron al más bajo nivel hace una semana, tras la filtración de un informe elaborado por una comisión de la ONU sobre el asalto israelí a una flotilla con destino a Gaza en el que murieron nueve activistas turcos.
El documento consideró legal el bloqueo marítimo a Gaza -aunque desproporcionado el uso excesivo de la fuerza por parte de Israel-, lo que llevó a Ankara a retirar su embajador y a suspender las relaciones militares, mientras continúa exigiendo al Estado judío una disculpa por la muerte de los ciudadanos turcos en el asalto.
Las declaraciones de Erdogan sobre su apoyo en la ONU a la propuesta a favor de un Estado palestino y sus intenciones de viajar a Gaza para reunirse con miembros de Hamás han agotado, al parecer, la paciencia de Lieberman, pese a que otros miembros del Ejecutivo israelí como el ministro de Defensa o el jefe del Gobierno tratan de mantener un tono más conciliador.
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