Morales y oposición dialogaron, pero no salvaron diferencias
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García Linera, que llegó al Palacio Presidencial vestido con uniforme del Regimiento de Tanques Calama, al salir, ya de civil, admitió que «las cosas siguen igual». Sin embargo, matizó que el encuentro fue «una gran muestra sincera de voluntad de trabajar con consenso y de resolver los problemas políticos».
El funcionario subrayó que ambas partes expresaron su «voluntad de encontrar acuerdos en distintos temas», pero que esa intención requiere un tratamiento cotidiano y con la suficiente pausa hasta esclarecer posiciones.
«Es algo que no se resuelve en horas, ni en un día o dos. Se requiere más trabajo y tenemos toda la voluntad para hacerlo», agregó antes de dirigirse al Congreso, donde estaba citado para analizar si autorizaba un viaje de Morales al exterior, pero el bloque opositor lo impidió.
El diputado Arturo Murillo (UN) enfatizó que, «mientras no haya una solución al artículo 71 (sobre el voto en la Asamblea), no habrá ninguna sesión y seguiremos en huelga de hambre».
El centrista UN y los partidos Poder Democrático y Social ( Podemos) y Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), bloquean las sesiones parlamentarias para exigir a Morales y su Movimiento al Socialismo (MAS) que revisen su decisión de imponer su mayoría absoluta como fórmula de voto.
Esa decisión permite al MAS, que tuvo 50,7% de los votos en las elecciones de julio pasado, imponer su modelo de país sin consultar a los representantes de la otra media Bolivia.
Los dos tercios para aprobar la nueva Carta Magna están determinados en la Constitución actual y en la ley de convocatoria de la Asamblea que promulgó Morales en marzo pasado.
Tras el diálogo, los opositores mantuvieron ayer su amenaza de bloqueo y no se pudo tramitar el permiso de viaje para Morales.
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