23 de junio 2011 - 14:17

Mujica advierte que Uruguay va rumbo a un "apagón logístico"

José Mujica.
José Mujica.
Uruguay camina rumbo "a una especie de apagón logístico", advirtió el jueves el presidente José Mujica, al defender su cuestionado proyecto de aplicar un impuesto a la tierra con la meta de recaudar fondos para reparar carreteras.

Uruguay enfrenta "una crisis de carreteras que nos puede maniatar", sostuvo el mandatario en su audición radial semanal "Habla el presidente", recordando el fuerte crecimiento del país y el bajo nivel de desempleo.

"El año que transcurrió, para mover los granos solo, según estudios de una importante gremial, se movieron 207.000 viajes de camión de 30.000 kilos, para mover la soja, el trigo, el arroz, el maíz. Y para mover la madera (...) 150.000 viajes de camiones pesados, y para mover la carne y la leche se movieron 90.000 camiones", indicó Mujica.

Esto provoca que "las rutas se ahuellan", "tiende a disminuir la velocidad de los camiones, aumentan obviamente las roturas, baja la productividad", aseguró.

"El hecho sustantivo es que los 8.470 km de carretera de este país se arrugan. Caminamos rumbo a una especie de apagón logístico, término inventado en Brasil, como aconteció en ese país en muchísimas zonas", advirtió.

El presidente recordó que la forestación produjo en 2010 seis millones de metros cúbicos de madera, de los cuales cuatro fueron usados por la planta de celulosa finlandesa UPM.

Para 2013 está previsto que esté operativa una segunda planta en el país, a cargo del consorcio Montes del Plata (fusión de la finlandesa Stora-Enso y la chilena Arauco), lo que implicaría "140.000 o 150.000 viajes de camión, solamente para esa fabrica", indicó Mujica.

Citando a un dirigente del transporte carretero, el presidente sostuvo que "si se sigue esperando un mayor crecimiento económico para sacar plata para invertir en rutas no va a haber crecimiento, porque no vamos a tener como sacar la producción hacia sus puntos de venta".

Mujica explicó que para eso quiere aplicar el impuesto a la tierra que grave las propiedades rurales de más de 2.000 hectáreas, propuesta que no es compartida por sectores de su propio partido y que fue recibida con malestar por los propietarios rurales.

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