Perú entregará a Chile las pruebas del espionaje

Lima entregará en las próximas horas a Chile documentación que supuestamente prueba el espionaje por parte de este país al Perú, indicaron en Lima los ministros de Relaciones Exteriores, José Antonio García Belaunde, y Defensa, Rafael Rey.

"Cuando (el gobierno de) Chile tenga las pruebas, no le va a quedar la menor duda (de que el supuesto espionaje existió)", dijo Rey. García Belaunde insistió por su parte en que la acusación no es necesariamente contra el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.

El titular de Defensa dijo que la supuesta traición del suboficial del aire Víctor Ariza fue descubierta tiempo atrás y se mantenía en reserva, por lo que lamentó que se hubiera hecho pública en vísperas de que Bachelet se encontrara en Singapur con el presidente Alan García, lo que atribuyó al interés de alguien por aprovechar el momento y al "natural atractivo para la prensa".

Especulaciones periodísticas en el Perú apuntan a que el hecho pudo ser destapado en ese momento por militares molestos con que el gobierno impulse en Sudamérica una campaña contra el armentismo en lugar de prepararse para contrarrestar la superioridad de capacidad de fuego de Chile.

En ese aspecto, Rey dijo que aunque el Perú se dedicara a comprar armas a un ritmo "increíblemente" alto en los próximos diez años seguiría sin alcanzar el poder de las Fuerzas Armadas chilenas, por lo que se mostró a favor de continuar adelante con la campaña de desarme, al margen de la necesidad de repotenciar equipos para asuntos internos como la lucha contra la subversión y el narcotráfico.

En Chile, donde el gobierno niega cualquier participación en espionaje, algunos sectores afirman que la denuncia antes de la Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico apuntaba a enlodar internacionalmente la imagen de Chile y mostrarlo como un país con actitudes hostiles.

Según investigaciones desarrolladas por los equipos peruanos de Inteligencia, corroboradas por la Fiscalía y filtradas a la prensa, Ariza, quien trabajó en la embajada del Perú en Santiago en 2002, año en el que fue supuestamente captado como informante por Chile, le entregó información reservada a ese país a cambio de dinero.

De acuerdo con Rey, las pesquisas ya han podido establecer quiénes eran los chilenos que actuaban como interlocutores de Ariza.

El supuesto espionaje generó gran malestar en el Perú, cuyo presidente, Alan García, lo calificó como un gesto hostil "propio de una republiqueta".