4 de mayo 2007 - 00:00

Sarkozy ganaría el domingo en Francia

La elección de un presidente siempre es importante, pero el domingo habrá mucho más que eso en juego en Francia. El duelo entre Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal enfrenta al conservadorismo con el socialismo, a un hombre con -por primera vez- una mujer. Pero, además, dos visiones contrapuestas sobre el futuro del país, donde, si gana el primero, como anticipan las encuestas, libre mercado, reducción de la burocracia y Estados Unidos dejarán de ser malas palabras. El promocionado debate del miércoles a la noche no le alcanzó a la postulante de la izquierda para equilibrar la intención de voto, y las últimas encuestas mostraban ayer a su rival a la cabeza por entre 6 y 9 puntos. Los votantes centristas tendrán la llave del resultado, divididos como están entre un Sarkozy al que imaginan algo autoritario y una Royal a la que sospechan poco consistente. Francia se enfrenta al formidable desafío de sacar del anquilosamiento a una economía demasiado intervenida y anclada en un Estado social que la ahoga en su desmesura.

Nicolas Sarkozy
Nicolas Sarkozy
París (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - Casi 45 millones de franceses decidirán el domingo quién será su nuevo presidente, optando en un ballottage entre el conservador Nicolas Sarkozy, quien estiró hasta 9 puntos su ventaja en las últimas encuestas, y la socialista Ségolène Royal.

Cada uno en una punta de Francia, los dos candidatos pidieron ayer a sus simpatizantes un último esfuerzo y una movilización sin fisuras para convencer a los votantes indecisos, en su mayoría de centro y liberales.

Desde Montpellier, al sudeste, Sarkozy prometió a las más de 15.000 personas presentes en su último gran mitin de campaña que un «gran movimiento popular» está a punto de arrasar todos los miedos de los franceses.

«Nos quedan dos días (de campaña) para que brote de las entrañas de un país una energía nueva, dos días para que se levante un movimiento popular que arrasará todos los obstáculos, dudas y miedos», declaró el candidato, de tendencia liberal en lo económico, conservadora en seguridad e inmigración y pronorteamericana en política internacional.

Según sondeos difundidos ayer, Sarkozy, de 52 años, sigue siendo el favorito por entre 9 y 6 puntos de ventaja, pese a que su adversaria apareció especialmente combativa y firme en el debate de dos horas y media que ambos celebraron el miércoles a la noche en la televisión.

Desde Lille, al norte del país, Royal aseguró ante 20.000 militantes que ya la llamaban «presidenta», que la «victoria» socialista está «al alcance de la mano».

  • Diferentes

    «Siento su amistad, su cercanía y su energía. Siento simplemente que nos queremos. El próximo domingo, la victoria que tanto ansiamos, por el bien de Francia, estará al alcance de nuestra mano», clamó.

    Los dos aspirantes a reemplazar a Jacques Chirac dejaron claro que los franceses deberán elegir entre dos formas diferentes de sociedad. Mientras la socialista insistió en una idea de Estado maternal y defendió un país en el que se haga política «de otra manera» y la ley del más fuerte desaparezca, Sarkozy subrayó de nuevo el valor del trabajo, la lucha contra la inmigración ilegal y la necesidad de un Estado fuerte que dé seguridad a los ciudadanos.

  • Conciliador

    «En estos dos días necesito su entusiasmo y energía para decir a Francia que estamos unidos y que tenemos la voluntad de hacer triunfar la República y la nación francesa», insistió el candidato conservador.

    Consciente de la imagen de hombre autoritario que le reprochan sus adversarios, el ex ministro del Interior adoptó un tono particularmente sereno y conciliador. «Yo no quiero unir a los partidos, sino a los franceses, más allá de diferencias partidarias, apoyado en valores y en convicciones, que son más importantes que las etiquetas», prometió.

    Sus palabras subrayaron ideas como el bien común, la libertad, la humanización de la política y la necesidad de construir una «república fraterna» en la que todos sean respetados.

    «Quiero hablar de los problemas de los franceses sin ser acusado de demagogo. Quiero ser portavoz del pueblo francés. Quiero ser el candidato del pueblo francés, de la Francia que sufre», clamó Sarkozy, que criticó de nuevo duramente la herencia del mayo francés del 68.

  • Ultimo intento

    Por su parte, Royal realizó un último intento por conquistar al electorado de centro, que representa casi 7 millones de votos. «Mi decisión está tomada. Si soy elegida trabajaré con el centro y con François Bayrou en particular», declaró claramente la candidata.

    Bayrou, presidente del partido UDF, fue el tercer político más votado en la primera vuelta, el pasado 22 de abril, cuando consiguió más de 18% de los votos. El líder de centro no declaró directamente que votará a Royal, pero sí dejó claro ayer que en ningún caso apoyará a Sarkozy.

    Según los institutos de sondeos, Sarkozy, que consiguió 31% de los votos en la primera ronda, contaría con un apoyo mayoritario de la extrema derecha, pese a que su líder, Jean Marie Le Pen, instó a la abstención, y con algo más de un tercio de los votos del centro. Por su parte, Royal, que consiguió algo menos de 26% de los sufragios el 22 de abril, recibiría la mayoría de los sufragios de la extrema izquierda y de más de la mitad del centro.

    Los resultados de los sondeos no sufrieron modificaciones a pesar del extenso debate del miércoles a la noche. A diferencia de otras ocasiones en que los «cara a cara» entre los rivales definieron las elecciones, las encuestas revelaron que 88% de los electores ya había decidido su voto antes del debate.
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