Tensión y arrestos masivos tras la masacre de los policías en Dallas
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El exsoldado de Afganistán Micah Xavier Johnson, de 25 años y afroamericano, impuso el terror el jueves por la noche en una protesta pacífica contra la violencia policial en el centro de Dallas.
El francotirador disparó con la intención de matar agentes blancos, según dijo a los negociadores de la Policía, y logró asesinar a cinco policías y herir a nueve personas, entre ellas otros siete agentes.
La Policía puso fin al suceso matando al atacante con la explosión de una bomba que envió adosada a un robot al estacionamiento en el que estaba atrincherado, una tecnología que no es frecuente ver fuera de zonas de guerra.
Esa noche discurrían en paralelo protestas en otras grandes ciudades de EE.UU. como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, por los últimos incidentes de violencia policial con tintes raciales registrados en el país.
En concreto, la protesta respondía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando ya lo tenían reducido en el suelo en Baton Rouge (Luisiana), y del joven Philando Castile, asesinado el miércoles en Falcon Heights (Minesota) por un policía que le había pedido detener su vehículo por una infracción de tráfico.
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