Tras las amenazas, Putin y Bush hablan de un escudo común
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Vladimir Putin y George W. Bush conversaron ayer sobre el espinoso
tema del proyectado escudo antimisiles en Europa. El ruso presentó una
contrapropuesta que contempla la participación de su país en el esquema
defensivo.
«Lo que percibimos es la disposición de un presidente ruso de cooperar y participar de manera real en la defensa contra misiles balísticos, algo que hemos pedido a los rusos desde hace casi 15 años», dijo Stephen Hadley, consejero de Seguridad Nacional.
Específicamente, Putin propone un sistema de detección de cohetes hostiles que proteja a su propio país, EE.UU. y a toda Europa. En cambio, la propuesta estadounidense dejaría fuera a parte del continente europeo, incluidos España y Portugal.
Para ello, el presidente ruso sugirió usar el radar situado en Gabalá, a 250 kilómetros de Bakú, la capital de Azerbaiyán, que fue construido por la Unión Soviética y que su país alquila al gobierno azerbaiyano por cinco millones de dólares al año.
Rusia pasaría de forma inmediata la información recogida por sus sensores en Azerbaiyán a EE.UU. y, presumiblemente, a Europa.
Esas instalaciones harían innecesaria, a juicio de Rusia, la construcción de un radar en la República Checa, como pretende Estados Unidos.
En la comparecencia con Bush, Putin dijo que ayer habló con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, y que éste accedió al plan. El propio Bush llamó ayer a Aliev para saber su parecer, según informó el portavoz adjunto del Kremlin, Dmitry Peskov.
No obstante, Putin considera « prematuro» el despliegue de misiles interceptores para derribar proyectiles hostiles.
Como él mismo explicó a la prensa, Rusia y EE.UU. detectarán cualquier prueba que Irán pudiera hacer con misiles de largo alcance, de los que aún no dispone.
«Son necesarios entre tres y cinco años desde ese primer experimento hasta que el sistema sea operativo. Este tiempo es suficiente para desplegar un sistema antimisiles», dijo Putin.
De este modo, según el plan ruso, EE.UU. no abriría nuevas instalaciones militares en la República Checa ni colocaría silos antimisiles en Polonia, dos países situados en la antigua zona de influencia de la Unión Soviética.
Por su parte, Estados Unidos cree que la propuesta rusa «ofrece la perspectiva de intentar superar las diferencias sobre este tema», según Hadley, después de que Rusia amenazara con apuntar sus misiles a Europa si Washington seguía con su plan para instalar elementos del escudo en los países del Este europeo.
El consejero de seguridad nacional de Bush afirmó que EE.UU., en principio, no se opone al uso del radar. Más conflictivo es el asunto de los interceptores, que la Casa Blanca quiere desplegar de inmediato.
«Se requiere tiempo para establecersistemas de defensa», dijo Hadley, quien afirmó que se han visto sorprendidos muchas veces por países que incrementan el alcance de sus misiles mucho más rápido que lo pronosticado por sus agencias de inteligencia.
En todo caso, tanto Rusia como EE.UU. han acordado formar un grupo de trabajo para resolver sus diferencias, que estará compuesto por expertos de los ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores de ambos países.
Hadley señaló que la solución podría ser una «combinación» de los dos planes.
Pese al sorprendente anuncio, Putin no abandonó del todo sus advertencias: «Espero que estas conversaciones no sirvan para encubrir alguna acción unilateral, le he dicho a George», afirmó con Bush a su lado.
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