16 de mayo 2025 - 12:34

Una argentina denunció que su pareja la tuvo secuestrada en México

Priscila Sand sigue viviendo una pesadilla en la Ciudad de México. Durante dos años estuvo cautiva, bajo vigilancia constante y con su cuerpo marcado por los tatuajes que su esposo la obligó a tatuarse.

Priscila Sand esta en Mexico desde 2023. 

Priscila Sand esta en Mexico desde 2023. 

TikTok: Prioscila Sand.

Priscila Sand, una argentina de 27 años oriunda de Campana, provincia de Buenos Aires, denunció que vivió casi dos años en condiciones de encierro absoluto en la Ciudad de México, bajo el control de su pareja, Salvador Zubirán Rabay. La mujer logró escapar hace pocos días junto a su bebé de nueve meses, pero ahora enfrenta una situación legal que le impide regresar a la Argentina.

Según su testimonio, durante ese tiempo estuvo recluida en una vivienda vigilada con cámaras, micrófonos y sensores de movimiento, sin poder salir ni tomar decisiones por cuenta propia. Asegura que estaba bajo vigilancia permanente de nueve custodios armados que respondían a su esposo, quien la mantenía completamente incomunicada, la agredía físicamente, la medicaba en contra de su voluntad y la obligó a tatuarse su nombre en varias partes del cuerpo.

A pesar de haber logrado huir gracias a un descuido en la seguridad, Sand no puede dejar México. Zubirán Rabay la denunció por “sustracción de menores”, lo que derivó en una Alerta Ámber sobre su hijo. Esa situación legal le impide salir del país con el niño, ya que podría ser detenida si intenta regresar a la Argentina. Mientras tanto, Priscila solicita ayuda urgente a las autoridades para poder volver con su hijo de manera segura.

Argentina secuestrada en México

La joven denunció su situación en las redes.

El trasfondo de la historia

Todo comenzó en julio de 2023, cuando conoció a Salvador Zubirán Rabay en un restaurante de la capital mexicana. Al principio se mostró amable, atento y generoso. Al tercer día de conocerse, él le propuso que vivieran juntos. Y al cuarto, la pesadilla ya había empezado.

“Le dije a su mamá que me quería volver a mi país y él se enteró. Me sacó el celular, me arrastró del pelo y me golpeó contra una pared”, relató Priscila. Desde entonces, comenzó un largo período de violencia y encierro.

Tuvo un hijo con él y la situación se volvió aún más extrema. Según contó, su pareja controlaba todos sus movimientos, la mantenía completamente aislada de su familia, le revisaba el celular cada vez que volvía del trabajo y hasta le prohibía llevar al bebé al médico si él no estaba presente.

La situación judicial de la joven

Salvador Zubirán Rabay no solo ejerció violencia física y emocional sobre Priscila, sino que además la forzaba a consumir medicamentos. “Me obligaba a tomar psicofármacos. Decía que los obtenía en el hospital que lleva el nombre de su abuelo”, relató la joven.

Priscila afirma contar con evidencia concreta de todos los tipos de abusos que padeció: golpes, abuso sexual y violencia vicaria, una forma de maltrato en la que se utiliza a los hijos como medio de control. Toda esa documentación fue entregada al Ministerio Público junto con su denuncia, aunque el caso no registró avances significativos.

En un primer momento, el expediente fue abierto bajo la figura de privación ilegal de la libertad, pero luego fue derivado a la Fiscalía especializada en Violencia de Género, donde hasta ahora no hubo progresos visibles.

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