Gaspar Mac es un empresario rosarino de 38 años que a los 13 tenía como hobby reparar computadoras y ahora maneja con sus hermanos un holding de empresas de base tecnológica. Es un ejemplo típico de un emprendedor, aunque él prefiere autodefinirse como “un busca”.
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Aprendió a reparar computadoras a los 13 años, fue bartender y ahora maneja un holding tecnológico inspirado en Chelsea Market
El emprendedor rosarino Gaspar Mac desarrolló junto a sus hermanos un grupo de empresas que emplea actualmente a 190 personas.
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El emprendedor rosarino Gaspar Mac.
El grupo empresario de los hermanos Mac ahora emplea a 190 personas con sus cinco emprendimientos. Tienen el bar La bodeguita, ubicado en el barrio Pichincha, el más cool de Rosario; la constructora Bauhoff; la tecnológica Ecloud; la empresa de movilidad sustentable Smod. Y otra firma dedicada a la regeneración del agro, Nativas. Todo está englobado dentro de una marca madre: Warecloud.
Con su desarrolladora crearon uno de los primeros condohoteles, La Juanita, cerca de San Ignacio, en Uruguay. Y tienen planes de desarrollar un proyecto similar en Bariloche.
A través de Smod proveen un sistema de bicicletas públicas en ciudades como Mendoza, Santa Fe, Escobar, La Rioja, Paraná y Catamarca.
Si bien La Bodeguita se sale del molde tecnológico, tiene una razón de ser muy específica: es el corazón de la sede del hólding, con un modelo inspirado en el Chelsea Market de Nueva York.
Allí lanzaron recientemente su propia marca de vermuth. Y se proponen darle alcance nacional al “Carlitos”, el clásico sándwich rosarino reversionado en La bodeguita, donde ganó premios y tiene muchos fanáticos.
Periodista: ¿Cómo empezó tu recorrido como emprendedor?
Gaspar Mac: Creo que el punto de partida fue mi familia, nos criamos entre un padre súper emprendedor, muy soñador, por decirlo de una manera, y por otro lado, mi mamá, cultura alemana, cuarta generación en una empresa de más de 100 años. Pensamientos muy distintos. Y desde que tengo memoria, siempre emprendimos. Desde hacer remeras batik cuando era muy chiquitito, pulseritas o lo que sea.
Cuando terminé la secundaria mi padre me dijo que tenía que empezar a trabajar para pagarme mis gastos. Y la verdad que lo único que sabía hacer hasta ese momento eran páginas web, porque desde los 13 años que sé hacer programación, y siempre me gustó mucho la tecnología.
Pero en ese momento, cuando él me dijo eso, recién había terminado el colegio, era fin de noviembre, y lo único que me preocupaba era cómo ganar plata para irme de vacaciones con mis amigos en enero. Y con mis hermanos decidimos empezar a laburar en barra de un boliche. Y trabajamos el 24 de diciembre, el 31 de diciembre, esas fechas en las que siempre falta gente para trabajar. Y nos fue muy bien porque venimos de un entorno del rugby, de un ambiente de club, tenemos muchos amigos y muchos conocidos.
Ahí nos dimos cuenta que las noches eran muy buenas para trabajar si realmente ibas a trabajar, se podía hacer plata. Así fue el comienzo. Tuvimos barras en boliches como El Alma, El Cubo de Pinamar. Fueron dos años en esa faceta. Pero lo mío era hacer páginas web. Yo desde los 13 años reparaba computadoras, siempre estuve vinculado a eso.
P.: ¿Y cuando te diste cuenta que tu futuro profesional iba por ese lado?
G.M.: A partir de que estudié Ingeniería de Sistemas. Entonces lo que había sido mi hobby después fue mi profesión. Terminé la carrera y en los últimos dos años empecé a trabajar en una empresa en la que vendíamos software para España. Y apenas terminé la carrera sabía que quería armar mi empresa de tecnología. Y arranqué con Ecloud, que fue la primera empresa que creé y que ya tiene más de 15 años.
Ahí empezó todo. En el primer año sumé a Ecloud a Matías Boselli, el único socio del grupo que no es uno de mis hermanos, pero es como si lo fuera. Soy el segundo de cuatro hermanos. Dino es el mayor, después vengo yo. El que me sigue a mí se llama Paolo, tiene dos años menos. Y después es el más chico, tiene seis años menos que yo, todos varones.
P.: ¿Y cómo fue que tomaste el modelo del Chelsea Market para la sede de tus empresas?
G.M.: En 2014 me casé y me fui a Nueva York de luna de miel. Y como duermo relativamente poco, me levantaba a las 7 de la mañana mientras mi mujer dormía, y salía a recorrer una lista de empresas de software que quería visitar. Estaban en un lugar que se llama el Chelsea Market, donde estaban Facebook, Google y otras grandes tecnológicas. Para mi era como estar en Disney. Me llamó la atención que la gente entraba a las cafeterías del mercado y pasaban por una puerta. Y ahí atrás estaba oculto el ingreso para entrar a las empresas. Cuando vi eso dije, yo quiero hacer lo mismo con mi empresa. Por eso levantamos una estructura donde está La Bodeguita y atrás todas nuestras empresas.
P.: ¿Siempre te fue bien con todo lo que emprendiste?
G.M.: Para nada. Hicimos muchos intentos, pero ni en pedo siento que el éxito pueda estar medido por las empresas que quedaron en pie. Hubo cantidad de cosas, ideas, proyectos más locos, menos locos, que quedaron en el camino. Fueron muchísimos, y de hecho son muchos más los proyectos que no funcionaron que los que sí funcionaron.
A veces se genera una especie de exitismo porque la gente solo ve aquello en lo que te fue bien. Entonces parece que todo fue fácil, pero no es así. Primero que nunca nadie nos regaló nada. Yo me armé un fondo de inversión propio con los recursos que generaba la empresa de software, así financiamos el crecimiento y la expansión del grupo. La mitad de la plata, que en total fueron unos 2 millones de dólares, iba a inversión de riesgo en empresas nuevas y la otra mitad a ladrillos. Soy loco, pero tampoco tanto.
Yo me hice mi casa recién hace dos años ya que los otros 13 años fueron de apostar y arriesgarnos, sobre todo en contexto incierto como el que nos ofrece el país. Creo que la clave para poder hacerlo fue siempre creer en nosotros.
P.: ¿Cómo te ves en el papel de emprendedor, te sentís cómodo con esa definición?
G.M.: La verdad es que somos buscas, somos re-buscas. Hoy en día le ponen el término emprendedor porque es mucho más cheto, o más cool. Pero la realidad es que somos buscas. Nos encanta lo que hacemos, los desafíos, nos mueve pasión, pero estamos permanentemente buscando desde cómo ganar dinero y cómo divertirnos.
El rol que más me gusta en nuestras empresas es generar ideas. En la gerencia de Ecloud quedó mi socio Matías, yo estoy como director de la empresa, como director general, pero el gerente es él. Yo siempre fuí el generador de nuevas ideas. En esos primeros momentos de iniciación de los proyectos es donde yo más valor aporto. Mi mujer dice una frase que me caracteriza mucho y lo siento así. Dice que cuando tengo una idea en la cabeza es más fácil cortarme la cabeza que sacarme la idea.
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