13 de noviembre 2025 - 14:35

Con apoyo ciudadano, la WVA exige al Congreso una regulación moderna del vapeo para dejar atrás el tabaco

La WVA, organización internacional de vapeo, reunió más de 15.000 firmas para exigir al Congreso una ley que reemplace la prohibición impuesta en 2011.

Un consumidor de vapeo, práctica masiva pero ilegal en Argentina. Organizaciones impulsan una regulación que combata el mercado informal y proteja a menores, ofreciendo alternativas menos dañinas para adultos.

Un consumidor de vapeo, práctica masiva pero ilegal en Argentina. Organizaciones impulsan una regulación que combata el mercado informal y proteja a menores, ofreciendo alternativas menos dañinas para adultos.

La World Vapers’ Alliance (WVA), organización internacional de vapeo (Alianza Mundial de Vapeadores en español), reunió más de 15.000 firmas en Argentina para impulsar una ley que reemplace la prohibición vigente desde 2011. La campaña busca abrir el debate sobre una regulación moderna que proteja a los menores, garantice calidad y trazabilidad, y ofrezca opciones seguras a los fumadores adultos que desean reducir el consumo de nicotina o dejar el tabaco.

Desde 2011, por disposición de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), está prohibida en Argentina la comercialización, importación y publicidad de los productos de vapeo. Sin embargo, millones de personas los utilizan, accediendo a dispositivos y líquidos a través del mercado informal. Esa situación, lejos de resolver el problema, generó otro: falta de control sobre edad, calidad y contenido de nicotina.

Ante este escenario, la World Vapers’ Alliance (WVA) lanzó la campaña Vapeo Responsable, que en los últimos meses reunió más de 15.000 firmas de ciudadanos argentinos. El reclamo apunta a sustituir la prohibición por una regulación moderna y efectiva, alineada con los modelos aplicados en países como Reino Unido, Suecia o Nueva Zelanda.

“La gente se cansó de políticas que no funcionan. Los consumidores argentinos están pidiendo una solución real, no más prohibiciones que solo alimentan el mercado negro”, afirmó Alberto Gómez Hernández, Policy Manager de la WVA e impulsor de la iniciativa.

Un problema que crece en la informalidad

El vacío regulatorio generó un mercado sin reglas. Los productos de vapeo se venden libremente en redes sociales, ferias y kioscos sin ningún tipo de fiscalización. No existen controles sobre la calidad de los líquidos, ni límites sobre la cantidad de nicotina presente.

Esa falta de regulación impacta en dos frentes:

  • Los menores acceden con facilidad a dispositivos y líquidos sin verificación de edad.

  • Los adultos fumadores que quieren reducir su exposición al tabaco o a la nicotina no tienen alternativas seguras ni legales.

“Mientras no se promueva un mercado regulado y legal, el mercado informal va a seguir creciendo. Y mientras eso ocurra, los menores van a seguir accediendo sin barreras, y el Estado no va a tener herramientas reales para impedirlo”, señala Gómez Hernández.

Qué propone la WVA

La campaña Vapeo Responsable plantea un modelo concreto basado en la evidencia científica y la reducción de daños. El objetivo es incorporar controles similares a los de los países donde el vapeo se integra a las políticas de salud pública.

Entre los ejes principales de la propuesta:

  • Venta exclusiva a mayores de edad en tiendas especializadas.

  • Verificación obligatoria de edad en todos los canales de venta.

  • Normas de calidad, etiquetado y trazabilidad que incluyan el control del contenido de nicotina.

  • Estándares de seguridad sobre los dispositivos, componentes y líquidos.

  • Sanciones severas a quienes vendan a menores o incumplan la normativa.

Subrayó Gómez Hernández: “Una regulación moderna tiene que incluir canales de venta legal fiscalizados y control de edad. Solo así vamos a poder cortar con el mercado informal y garantizar que los menores no accedan a estos productos”.

Comparaciones internacionales

La WVA cita ejemplos de países donde la regulación del vapeo se incorporó a estrategias de salud pública con resultados positivos. En Reino Unido, por ejemplo, las autoridades sanitarias reconocen al vapeo como una herramienta de reducción de daños y lo promueven entre fumadores adultos. Suecia redujo las tasas de tabaquismo a mínimos históricos gracias a políticas similares.

Vapeo Cigarrillos
La prohibición del vapeo en Argentina genera un mercado informal sin regulación de edad ni calidad. Una campaña busca cambiar esta realidad

La prohibición del vapeo en Argentina genera un mercado informal sin regulación de edad ni calidad. Una campaña busca cambiar esta realidad

“Hay experiencias muy claras de que regular de manera responsable no aumenta el consumo juvenil, sino que protege mejor a los menores y ayuda a quienes buscan dejar el cigarrillo. La clave es la información y la trazabilidad, no la prohibición”, explicó el referente.

La nicotina genera dependencia, pero no causa cáncer ni daño cardiopulmonar. Lo que buscamos es que los fumadores puedan reemplazar el tabaco por alternativas más seguras, como el vapeo o las bolsitas de nicotina, que se colocan en la encía y liberan nicotina rápidamente sin generar humo ni otros tóxicos”, detalló.

Según explicó Gómez Hernández, estas bolsitas de nicotina son una de las herramientas más seguras disponibles para consumidores adultos que buscan dejar de fumar. Se comercializan en cajas de 15 a 20 bolsitas, y se utilizan colocando cada bolsita debajo del labio, y permiten así la absorción rápida de nicotina sin los daños del humo del tabaco. “Si un fumador pasa del tabaco a las bolsitas o al vapeo y deja de fumar del todo, mucho mejor, porque esto es mucho más sano. Pero no es inocuo; lo ideal sería no consumir nada”, aclaró.

Un llamado al Congreso argentino

La entrega de las 15.000 firmas se realizará en el Congreso en breve. La organización prevé reuniones con legisladores de distintos bloques para abrir el diálogo sobre una ley nacional de vapeo.

El objetivo es reemplazar el actual enfoque prohibicionista por una regulación efectiva que contemple tres pilares:

  • Protección de menores mediante control estricto de edad y sanciones a la venta ilegal.

  • Transparencia en la composición de los productos, con control sobre el contenido y concentración de nicotina.

  • Promoción de alternativas seguras para fumadores adultos, dentro de un marco sanitario y fiscal controlado.

“Es necesario un debate serio y basado en evidencia. El vapeo no es inocuo, pero tampoco es igual al cigarrillo. Si se regula correctamente, puede ser parte de una política de salud pública orientada a reducir los daños del tabaco”, resumió Gómez Hernández.

Las limitaciones del modelo argentino

En la actualidad, los consumidores dependen del mercado informal para acceder a productos de vapeo. Esa dinámica no solo impide al Estado fiscalizar, sino que genera una cadena opaca en la que circulan líquidos de procedencia desconocida, sin control sobre su nivel de nicotina ni advertencias sanitarias.

La ausencia de un marco legal también frena el desarrollo de comercios especializados, impide el cobro de impuestos específicos y dificulta la capacitación de los vendedores en buenas prácticas.

Gómez Hernández amplió: “Hoy no hay control de lo que se vende ni de a quién se vende. Y eso perjudica tanto a los menores como a los adultos que buscan una alternativa más segura al cigarrillo”.

Un debate que trasciende la salud

Para la WVA, el desafío no se limita al plano sanitario. La falta de regulación impacta también en la seguridad de los consumidores y en la recaudación fiscal. Los defensores del cambio normativo sostienen que una ley moderna permitiría ordenar el mercado, mejorar la información disponible y generar incentivos para que los fumadores migren hacia productos menos dañinos.

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Los dispositivos de vapeo calientan líquidos con nicotina y glicerina vegetal para producir vapor inhalable, ofreciendo una alternativa menos dañina al cigarrillo tradicional

Los dispositivos de vapeo calientan líquidos con nicotina y glicerina vegetal para producir vapor inhalable, ofreciendo una alternativa menos dañina al cigarrillo tradicional

Gómez Hernández destacó que la discusión debe basarse en datos científicos, no en percepciones: “Los estudios más recientes muestran que el vapeo tiene un perfil de riesgo mucho menor que el tabaco combustible, aunque requiere control estricto sobre la nicotina y los insumos utilizados”.

Lo que viene

La presentación de las firmas en el Congreso marcará el inicio de una nueva etapa del debate. Desde Vapeo Responsable anticipan que insistirán con reuniones con legisladores, autoridades sanitarias y organismos técnicos.

“El reclamo ciudadano muestra que la sociedad está lista para discutir en serio este tema. Lo que falta es decisión política para reemplazar una prohibición ineficaz por una regulación responsable”, agregó.

Gómez Hernández concluyó con una definición que resume la posición de la organización: “Prohibir nunca funcionó. Regular con evidencia científica es la única manera de proteger a los menores, dar opciones seguras a los adultos y avanzar hacia un país con menos consumo de tabaco y menos riesgos asociados a la nicotina”.

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