20 de agosto 2025 - 12:30

El adolescente que ganó 50 mil dólares en 10 minutos y generó un gran debate en el mundo de las criptomonedas

Con la mente en generar millones, logró sumar algunos miles de dólares, pero abrió un serio debate en el mundo de las criptomonedas.

En el mundo de las criptomonedas, soñó con hacer millones y si bien no lo logró, se llevó una buena suma.

En el mundo de las criptomonedas, soñó con hacer millones y si bien no lo logró, se llevó una buena suma.

Con una computadora, este joven irrumpió en el mercado digital desde su hogar en California. Su éxito relámpago atrajo miradas globales, pero también críticas feroces por su táctica. Su historia expone un terreno sin reglas donde la astucia genera fortunas rápidas y conflictos que dividen a los inversores.

Memecoin

Gen Z Quant, la memecoin creada por un adolescente

El 19 de noviembre de 2024, un joven de California lanzó Gen Z Quant, una memecoin, desde Pump.Fun, una plataforma que permite crear criptomonedas al instante. Con sólo 350 dólares, compró 51 millones de tokens, el 5% de los mil millones generados. En una transmisión en vivo, promocionó su moneda, atrayendo a cientos de compradores.

En ocho minutos, sus tokens valían 30 mil dólares. Vendió todo, embolsándose casi 50 mil dólares tras crear dos memecoins más: “im sorry” y “my dog lucy”. Esta táctica, un “soft rug pull”, infla el precio para luego vender, dejando pérdidas a otros. No es ilegal, pero muchos lo consideran desleal.

Sin experiencia técnica, el adolescente mostró una audacia que refleja cómo los jóvenes ven el criptomercado como un juego de alto riesgo. Dos semanas después, lanzó cinco memecoins más, ganando 5 mil dólares adicionales. Su habilidad para navegar la especulación digital lo convirtió en una figura polémica.

El enojo de los traders que perdieron con esta criptomoneda

La venta masiva del joven desplomó el valor de Gen Z Quant, dejando a inversores con tokens casi inútiles. La bronca explotó en los chats de Pump.Fun, donde lo tildaron de “estafador”. Algunos, por despecho, compraron más tokens, inflando su valor teórico a 72 millones de dólares, un pico que el adolescente no aprovechó al haber vendido.

El enojo se volvió acoso. La familia recibió amenazas y mensajes hostiles en Instagram, y sus fotos circularon en redes sociales, violando su privacidad. Cerraron sus cuentas y evitaron el teléfono, atrapados en una tormenta que opacó la ganancia. El padre del joven llamó la experiencia “aterradora”.

El caso abrió un debate ético en el mundo cripto. Mientras algunos elogiaron la astucia del joven, otros criticaron la falta de reglas en plataformas como Pump.Fun, que permiten estas jugadas. Su historia expone un mercado donde la especulación y la impulsividad dominan sin freno.

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