18 de noviembre 2025 - 09:30

El magnate más importante del siglo que terminó en bancarrota tras despilfarrar 800 millones de dólares

Fue uno de los empresarios más importantes del país, tuvo contribuciones determinantes, pero su estilo de vida lo condenó.

Sus gastos de millones lo llevaron a dilapidar rápidamente su patrimonio.

Sus gastos de millones lo llevaron a dilapidar rápidamente su patrimonio.

Imagen: Detroit Publishing Co.

Se ganó un lugar en los libros de historia por su papel clave en la industrialización estadounidense: fue un titán del acero, un visionario de la construcción moderna y un constructor de imperios empresariales. Sus decisiones marcaron el rumbo de una industria millonaria, pero su vida personal se convirtió en un escándalo continuo.

Aquel hombre poderoso, dueño de mansiones fastuosas, trenes privados y un prestigio mundial, vio su fortuna evaporarse como humo. Esa figura es la de Charles Michael Schwab, el magnate que acumuló un patrimonio envidiable para luego perder prácticamente todo.

Charles Michael Schwab
La historia del magnate metalúrgico que revolucionó a EEUU, pero perdió millones de dólares en muy poco tiempo.

La historia del magnate metalúrgico que revolucionó a EEUU, pero perdió millones de dólares en muy poco tiempo.

Cómo Charles Michael Schwab logró sus millones

Charles Michael Schwab comenzó desde abajo: nació en Pensilvania y, luego de una educación limitada, consiguió trabajo como obrero en la acería de Andrew Carnegie. Gracias a su habilidad para relacionarse con otros y su talento para los negocios, escaló rápidamente en la jerarquía de la industria del acero.

A los 35 años se convirtió en presidente de la Carnegie Steel Company y fue uno de los artífices de la fusión que dio lugar a la U.S. Steel Corporation en 1901. Sin embargo, su ambición no terminaba ahí: dejó U.S. Steel para fundar Bethlehem Steel, empresa que bajo su mando se convirtió en uno de los gigantes del sector.

Una de sus mayores apuestas fue la producción en masa de la viga H (o I), que revolucionó la construcción de rascacielos. Además, durante la Primera Guerra Mundial, su empresa obtuvo contratos millonarios para fabricar acero y barcos, y Schwab fue designado director general de la flota de emergencia de EE. UU. por el presidente Wilson.

Una vida de lujos, una muerte con deudas

Schwab vivía con un derroche sin medida: construyó una mansión de 75 habitaciones en Nueva York, con piscina, boliche, túneles de servicio y costó millones. También poseía un tren privado valorado en decenas de miles y organizaba fiestas ostentosas, además de mantener relaciones extramatrimoniales.

Pero su fortuna comenzó a desmoronarse: sus gastos fueron tan altos que ya antes de la Gran Depresión había consumido parte importante de su capital. El crack bursátil de 1929 solo aceleró lo inevitable.

Al final de sus días, tuvo que abandonar su palacio “Riverside”, que fue embargado por deudas fiscales. Vivió en un modesto departamento y murió con más de 300.000 dólares en deuda, mientras sus holdings en Bethlehem Steel ya casi no valían nada.

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