6 de noviembre 2024 - 18:00

María Hatzistefanis: la empresaria detrás del negocio millonario inspirado en el 'veneno de serpiente'

Con una visión audaz y estrategias innovadoras, transformó su pasión en un imperio de millones, redefiniendo el lujo en el cuidado de la piel.

La empresaria que se juega con cada producto que lanza al mercado, combinando la ultima tecnología y una estrategia de marketing revolucionaria
La empresaria que se juega con cada producto que lanza al mercado, combinando la ultima tecnología y una estrategia de marketing revolucionaria

El mercado de cosméticos para el cuidado de la piel crece vertiginosamente, impulsado por avances tecnológicos y estrategias de marketing audaces que captan la atención de millones de consumidores. En este competitivo sector, productos con ingredientes inusuales y nombres atrevidos destacan y se convierten en tendencia, como los de María Hatzistefanis, creadora de marcas que revolucionaron el mercado

Esta joven empresaria supo entender a la perfección este mercado y creó una línea de productos que, además de innovadora, es rentable. “Las mujeres buscan soluciones únicas y efectivas, y eso es lo que ofrecemos”, comenta la emprendedora que llevó su empresa a un éxito global gracias a su enfoque disruptivo en cosmética.

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Luego de mucho estudio y análisis de mercado, María Hatzistefanis decidió invertir todos sus ahorros par emprender en el mercado de la cosmética sin saber que se volvería millonaria de la noche a la mañana

Luego de mucho estudio y análisis de mercado, María Hatzistefanis decidió invertir todos sus ahorros par emprender en el mercado de la cosmética sin saber que se volvería millonaria de la noche a la mañana

Los comienzos de María Hatzistefanis

María nació y creció en Grecia, y desde joven mostró un gran interés por el mundo de la belleza. Ya en su adolescencia, disfrutaba maquillando a sus amigas y probando trucos que aparecían en revistas para el cuidado de la piel. Al llegar a la universidad, su pasión se convirtió en trabajo cuando consiguió un empleo de medio tiempo en la revista Seventeen, donde escribía sobre temas de belleza. Este primer contacto profesional le permitió familiarizarse con la industria y confirmar que ese era su camino.

Con el deseo de expandir sus horizontes, María se mudó a Nueva York para estudiar un máster en administración de negocios en la Universidad de Columbia. Al concluir sus estudios, decidió probar suerte en el sector financiero y comenzó a trabajar en Salomon Brothers, un banco de inversión. Sin embargo, después de dos años de experiencia en Wall Street y Londres, el estrés la llevó a replantearse su carrera. Al ser despedida, decidió volver a su verdadera pasión: la industria de la belleza.

En 1999, María fundó su primera empresa, Rodial, en Londres. Con un capital inicial de 28.000 dólares y el apoyo de su esposo, quien la respaldó mientras ella construía su negocio sin ingresos iniciales, la emprendedora se lanzó a un mercado altamente competitivo. La idea detrás de la empresa era clara: crear productos específicos para problemas puntuales de la piel, algo que entonces no abundaba. Durante años, enfrentó desafíos, y aunque las tiendas rechazaban sus propuestas al principio, finalmente logró abrirse paso en importantes comercios en 2001.

A medida que Rodial crecía, María decidió apostar por una nueva marca: Nip+Fab, una línea más accesible dirigida a mujeres jóvenes. Fue entonces cuando la suerte le sonrió aún más: una de las Kardashian compartió uno de sus productos en redes sociales y, poco después, la marca firmó un contrato con Kylie Jenner como embajadora, lo que disparó la visibilidad y ventas de la empresa. Recientemente, Sofía Richie se sumó como imagen de la compañía, consolidando el éxito de ambas marcas.

María Hatzistefanis y su negocio millonario con veneno de serpiente

María supo cómo destacar en el saturado mercado cosmético apostando por ingredientes innovadores y nombres poco convencionales para sus productos. Su línea “Veneno de serpiente” se inspiró en un componente que simula el efecto paralizante del veneno, relajando temporalmente los músculos faciales y ofreciendo así una apariencia más juvenil. "Un día estábamos en una reunión creativa y propuse que nos arriesgáramos con un nombre diferente; sabíamos que era arriesgado, pero no teníamos nada que perder”, recuerda.

Otro de sus productos estrella es “Sangre de dragón”, cuyo nombre evoca misterio y exotismo, despertando la curiosidad de los consumidores. “Vendimos todos los productos en pocas semanas; fue una locura”, explica la empresaria, quien reside en Londres con su esposo y sus dos hijos. Su enfoque disruptivo y sus ingredientes únicos han llevado a Rodial y Nip+Fab a convertirse en marcas de renombre, con una facturación anual que se estima en 28 millones de dólares.

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