11 de octubre 2022 - 00:01

“NOS”, un complot del que participa el público

Diálogo con su intérprete, Federico Buso, y con la autora y directora, la española Martina Cabanas Collell, sobre esta singular sátira de una conspiración.

Federico Buso. Actor y dueño de la sala independiente El Extranjero.

Federico Buso. Actor y dueño de la sala independiente El Extranjero.

Cuatro ciudadanos deciden reunirse clandestinamente en un depósito para inducir un cambio y el espectador es invitado a protagonizar un encuentro que se vuelve cada vez más provocador. Esta es la premisa de “NOS” escrita y dirigida por la española Martina Cabanas Collell, surgida en contexto de pandemia de manera virtual y materializada dos años más tarde, con el apoyo de Iberescena. La compañía Zero10 organizó un laboratorio internacional donde colaboraron creadores de diversas disciplinas y procedencias, desde Burkina Faso, Alemania, la Argentina y Grecia. De allí surgió esta propuesta que llegó este mes a Espacio Callejón.

“NOS” está interpretada por los argentinos Federico Buso, Martina Greiner, Silvina Katz y la española Julia Rosell. Ofrece funciones los miércoles a las 20.30. Dialogamos con Cabanas y Buso, quien además está al frente de la dirección de Espacio Callejón.

Periodista: ¿Qué es el grupo NOS?

Martina Cabanas: Se trata de un grupo subversivo y antisistema, que pretende derrocar el orden establecido, derribar el statu quo, provocar un cambio social a nivel global. Así que como todo movimiento subversivo inclusive dentro de una democracia, se reúne de manera clandestina.

P.: ¿Qué le atrajo de la propuesta?

Federico Buso: Es algo distinto de lo que se ve habitualmente en teatro y ninguno sabía cómo podía funcionar, ni siquiera la directora. Tenía ese riesgo de las cosas que me gustan a la hora de encarar nuevos proyectos. Como actores hay que buscar bien el tono para que el público termine de comprender, porque se genera una incomodidad en la platea. Intentamos mostrar los grupos, las ideas, y que la gente entienda hacia dónde va. El final es clarificador, por si queda alguna duda de que esto es una sátira. Estoy en una etapa donde hacer cosas que no me convencen no tiene sentido, entonces me guío por el riesgo en la búsqueda artística. Gracias a que la directora logró un subsidio de Iberescena pudo viajar a Buenos Aires, se quedó 40 días, ensayamos de lunes a sábados para sacarla y hay algo que se acumula en ese vértigo de ensayos que es muy bueno.

P.: ¿Las tendencias totalitarias que aparecen espejan algunas del presente?

Federico Buso: En la obra aparecen referencias a totalitarismos presentes y pasados e inclusive juega a imaginar otros futuros. De hecho, justo después de estrenar la obra ganó Meloni en Italia y recibimos varios mensajes por la redes tratándonos de visionarios. La historia está condenada a repetirse y el caldo de cultivo del totalitarismo siempre han sido las crisis. Todos los totalitarismos, por distintos que sean, persiguen y temen al pensamiento crítico y la obra trata de avivarlo. Se reflexiona siempre desde un punto de vista humorístico en tono de comedia.

P.: ¿Qué lugar juegan la estética y el arte?

Martina Cabanas: El fascismo gana por la estética, así que tratamos de valernos de ello. A lo largo de la historia, la capacidad del arte, el símbolo y el rito como instrumento de manipulación de masas fue útil al sistema, pero siempre con el distanciamiento de la risa. De alguna manera la catedral de luz de Albert Speer transfirió un gran poder y seguridad a los nazis inclusive antes de conseguir el poder o, como dice Woody Allen, en una de sus películas “No voy a ver óperas de Wagner porque me entran ganas de invadir Polonia”. De manera más modesta, en esta primera reunión los personajes de la obra intentan a través del fuego, las banderas y el chelo en vivo, crear su propia estética. El distanciamiento del humor creo que evita la incomodidad del espectador.

P.: El verso en ocasiones aleja al espectador. ¿Qué ocurre aquí?

Martina Cabanas: El verso es un contrapunto del espectáculo que permite a los personajes dar a conocer sus pensamientos más íntimos, más crudos, su monólogo interior. A través del ritmo y la palabra muestran sus motivaciones más secretas para defender todo el ideario de NOS. En lugar de alejar al público, el ritmo lo acerca de manera sensorial, directa, y casi tribal a los personajes.

P.: ¿Cómo se diagrama la programación del Espacio Callejón, uno de los teatros más importantes de la escena independiente porteña?

Federico Buso: Se programa un año antes y se tiene en cuenta la variedad, calidad y riesgo de las propuestas. En el caso del Callejón, volvimos a los mismos índices de audiencia que antes de la pandemia. Algo que favoreció es la venta anticipada de entradas que compromete a la gente a ir al teatro. Antes se hacían reservas y a la hora de la función, asistía la mitad.

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