El mundo se encuentra ante la necesidad de adoptar prácticas de reutilización de agua para enfrentar las necesidades hídricas presentes y futuras.
La reutilización como respuesta a la escasez de agua
Debemos comprender que el uso de un recurso básico como este, puede considerarse sustentable y transformarse en reutilizable.
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Para ayudar a tomar el control del futuro del agua, tenemos que cambiar el pensamiento global sobre este bien esencial como un producto de desecho. Quienes somos responsables de la toma de decisiones, debemos reformular nuestras perspectivas y comprender que el uso de un recurso básico como este, puede considerarse sustentable y transformarse en reutilizable.
Si bien se conocen cifras que afirman que hay suficiente agua potable en el planeta para abastecer a los 7.000 millones de personas que lo habitamos, actualmente está distribuida de forma irregular, se desperdicia, está contaminada y se gestiona de forma insostenible.
Según Naciones Unidas, para 2030 habrá mil millones de personas más en el planeta y la demanda mundial de agua podría sobrepasar el abastecimiento en un 40%. A menos de una década de distancia, esto significa que el momento de pensar en la reutilización y actuar en consecuencia es ahora, antes de que el problema deba solucionarse en lugar de prevenirse.
La falta de agua es cada vez mayor debido al crecimiento implacable de la demanda frente a unos recursos hídricos estáticos o en disminución y a las periódicas sequías debido a factores climáticos. En sectores como la agricultura, que, según la UNESCO, representa alrededor del 70% de su uso mundial, la reutilización de las aguas residuales tratadas es una opción que se está estudiando y adoptando cada vez más en regiones del mundo con escasez de agua.
El cambio climático, la contaminación del mar, la pérdida de biodiversidades, la sobreexplotación de los recursos naturales, el derretimiento de los glaciares y la certera posibilidad de falta de agua dulce generalizada son algunos de los riesgos a raíz de la falta del recurso hídrico que avanzan a pasos agigantados. No es casual que la Bolsa de Wall Street, en la que cotizan productos que tienen una expectativa de suba de valor en el largo plazo, haya empezado a cotizar su valor.
Otra arista importante es la relación entre el agua y las ciudades. Estas últimas requieren un enorme suministro de agua dulce y, a su vez, tienen un gran impacto sobre el agua dulce. Las ciudades no pueden considerarse sostenibles si no garantizan un acceso seguro al agua potable y un saneamiento adecuado.
Invirtiendo en la recuperación y en la reutilización del agua, podría alcanzarse un ahorro de hasta el 90% en energía y del 70% en agua, según afirma la ONU. Es por eso que, los ciudadanos debemos impulsar, junto a los gobiernos, que el agua sea considerada un derecho humano fundamental, promover conversaciones sobre la temática y crear soluciones que eviten el desperdicio y faciliten su reutilización, no solo para las presentes y futuras generaciones sino también para mantener el sano equilibrio de todo el ecosistema.
Director General de Grupo Rotoplas en Argentina.
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