En medio de un panorama económico marcado por la volatilidad y la incertidumbre, las empresas argentinas enfrentan desafíos considerables en la gestión de su tesorería. Con una inflación a la baja pero aún persistente, riesgos cambiarios latentes, y con todas las opciones en pesos a tasa real negativa, la tarea de mantener la liquidez y proteger los activos se ha vuelto más crucial que nunca.
Argentina se vuelve cada vez más cara en dólares ¿Cómo gestionar la liquidez?
Estrategias que pueden adoptar las tesorerías de las empresas para sortear el contexto macroeconómico actual.
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En algo más de 100 días, el Gobierno nacional hizo grandes avances en la corrección de desequilibrios macroeconómicos. Se han comprado divisas por más de u$s10.000 millones, van dos meses de superávit financiero y se han hecho grandes reacomodamientos de precios relativos.
Si bien estos números son del agrado del mercado, también es cierto que las compras de divisas se han hecho postergando pagos de importaciones (esquema 30, 60, 90 y 120 días) y que la licuación por inflación y la recaudación por impuesto país han contribuido enormemente a los superávit del gobierno.
En este contexto de descenso de la inflación se dieron una serie de medidas por parte del BCRA que tienen implicancias sobre el manejo de la Tesorería, a saber: un fuerte recorte de tasas de interés, que aceleraría la mejoría en los números del balance del BCRA alejando nuevamente los rendimientos del terreno real positivo y extendiendo el proceso de licuación (TEM a 6,6% mensual vs 13,2% de inflación en febrero) y la eliminación de la tasa mínima de plazo fijo (pasando del 110% a niveles en zona del 70 % – 75%). Todo esto incentiva a que los pesos de los inversores vayan de fondos en los bancos a títulos del tesoro.
A priori, el tipo de cambio no reaccionó como se podría intuir a esta baja de tasas, pero el atraso cambiario se continúa consolidando. La argentina se vuelve cada vez más cara en dólares y se hace menos evidente que esta situación pueda prolongarse ad-eternum.
En base a lo expuesto, para definir qué debería hacer la Tesorería de una empresa, debemos buscar entender si con el cumplimiento de estas metas parciales del gobierno decidirá avanzar a una unificación cambiaria o si prefiere esperar que se den todas las condiciones necesarias, a riesgo de acumular un atraso cambiario que haga cada vez más complicada la salida.
Si se da el primer escenario (unificación antes de junio) sin lugar a duda los activos donde deberíamos estar posicionados son los activos en dólares, ya que una unificación probablemente venga de la mano de un reacomodamiento del tipo de cambio. Nos parecen atractivos:
- Para los inversores conservadores los Bopreales Serie 3 (BPY26) con un rendimiento cercano al 15% anual en dólares.
- Para los más arriesgados los soberanos (AL30, GD30) que si bien han subido mucho, aún tienen upside en un escenario donde todo sale bien y los rendimientos de argentina se acercan a los de países comparables.
En el segundo escenario, donde la inflación continúa a la baja y se posterga el levantamiento de controles cambiarios por varios meses, es probable que veamos nuevos recortes de tasas. En este contexto es conveniente buscar fijar tasa (con LECERES cortas, ON Badlar, Cheques y Pagares corporativos, entre otros).
Como se evidencia de lo expuesto, no resulta fácil navegar este nivel de incertidumbre, pero una estrategia plausible sería pensar la cartera de inversiones en dos marcos temporales. Uno de corto, donde deberíamos sobreponderar tasa de interés y otro de mediano plazo donde deberíamos tener una cartera más dolarizada.
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