Realizar una transferencia internacional significaba, históricamente, sumergirse en un universo de plazos inciertos, comisiones exorbitantes y múltiples intermediarios. Pero la resignación con la que se aceptaba esa dinámica, y sus costos asociados, comenzó a resquebrajarse. Las stablecoins llegaron para revolucionar los pagos globales: si antes una operación podía demorar 24, 48, hasta 72 horas, hoy se completa en segundos. Las reglas de juego están cambiando.
¿El fin del SWIFT? Las stablecoins cambian las reglas del juego
El volumen mensual de transferencias con este activo aumentó 115% en un año, pasando de u$s1,9 billones a u$s4,1 billones entre febrero de 2024 y febrero de 2025, según estadísticas publicadas por Cointelegraph.
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Las stablecoins llegaron para revolucionar los pagos globales.
Una stablecoin es un activo digital cuyo valor está vinculado por lo general a una moneda fiat, como el dólar o el euro. A diferencia de Bitcoin y otras criptomonedas conocidas por la volatilidad de su precio, están diseñadas para proporcionar un valor estable. Aunque la idea es simple, el impacto es transformador: permite transferencias instantáneas, 24/7, con menores costos y mayor trazabilidad. En lugar de esperar días para mover fondos internacionales, como ocurre en el sistema bancario tradicional, las operaciones pueden concretarse en segundos.
Para empresas que necesitan operar sin interrupciones, incluso los fines de semana, esta agilidad cambia radicalmente los estándares operativos tal como los conocíamos. De allí que la adopción de esta herramienta crezca de manera acelerada, impulsada por su capacidad de resolver lo que la infraestructura financiera heredada aún no logra abordar con eficiencia.
Además de la inmediatez, está el factor costo. Mover dinero por la vía bancaria tradicional puede ser significativamente más caro que hacerlo mediante stablecoins, debido a la cantidad de intermediarios que participan en la operación. A eso se suma la posibilidad de acceder a mejores tipos de cambio en algunos mercados, gracias a la liquidez en plataformas cripto.
Entonces, no resulta sorpresivo que las stablecoins crezcan a un ritmo notable. El volumen mensual de transferencias con este activo aumentó 115% en un año, pasando de u$s1,9 billones a 4,1 billones entre febrero de 2024 y febrero de 2025, según estadísticas publicadas por Cointelegraph. El número de billeteras activas también se disparó: más de 30 millones en febrero de este año. Cifras que reflejan una tendencia consolidada.
Desde mi rol, veo el impacto de este fenómeno en sectores como el de las remesas (la liquidez inmediata que ofrecen las stablecoins resulta muchas veces decisiva cuando se trata de enviar dinero a la familia) y, desde luego, un interés creciente por parte de merchants globales, incluso en sectores como el e-commerce, que entienden que, para triunfar, es clave poder operar las 24 horas del día, todos los días de la semana, y con liquidez inmediata.
Stablecoins: desafíos y eficiencia en pagos globales
Se impone aclarar que, como toda tecnología emergente, las stablecoins presentan desafíos. Uno de los más extendidos es la confusión conceptual: aún hay quienes agrupan bajo el mismo rótulo a todos los activos digitales. Pero debemos separar cripto de stablecoins: no es lo mismo tener USDC que Bitcoin. Esa distinción es esencial, especialmente en mercados donde persisten mitos o temores regulatorios.
A nivel operativo, también surgen retos concretos. Una transferencia mal ejecutada en una billetera digital puede ser más difícil de revertir que en la banca tradicional. Además, el riesgo contraparte sigue siendo un punto sensible: no todas las plataformas ofrecen las mismas garantías. Sin embargo, estos riesgos se pueden gestionar con los mismos principios que guían toda buena tesorería: identificarlos, medirlos y mitigarlos. De hecho, muchas empresas ya están implementando prácticas sólidas como el uso de billeteras preautorizadas, procesos automatizados y auditorías rigurosas para minimizar cualquier posibilidad de error.
En el universo de los pagos globales, la velocidad es una necesidad, no un lujo. Y las stablecoins nos permiten alcanzarla con control, eficiencia y claridad. No vienen a reemplazar el sistema existente, pero sí a ampliarlo con una opción poderosa. Una alternativa contundente que pisa fuerte.
* Global Head of Treasury Operations en dLocal
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