8 de septiembre 2025 - 00:00

El récord que nadie te contó sobre los ETFs

En EEUU, por primera vez en su historia, hay más Exchange Traded Fund (ETF) que acciones individuales. Acá analizamos el por qué de este fenómeno.

Mientras la cantidad de empresas que cotizan en bolsa se mantiene estable desde hace más de una década, la oferta de ETFs crece de forma explosiva.

Mientras la cantidad de empresas que cotizan en bolsa se mantiene estable desde hace más de una década, la oferta de ETFs crece de forma explosiva.

Por primera vez en la historia, en EEUU hay más ETFs listados que acciones individuales. ¿Cómo puede ser?

Comencemos directamente por la evidencia:

ETF1

Si miras el gráfico, la tendencia es clarísima: mientras la cantidad de empresas que cotizan en bolsa se mantiene estable desde hace más de una década, la oferta de ETFs crece de forma explosiva.

Los emisores de ETFs están viviendo un año histórico. En 2025 ya se crearon 640 nuevos ETFs, de los cuales 469 nacieron solo en el primer semestre. Eso es un crecimiento interanual del +50%. Para que tomes dimensión: se están lanzando 4 nuevos fondos por día.

Para cualquier inversor la variedad de opciones es tan amplia que se volvió imposible ignorarlos. Pero ojo: que haya más ETFs que acciones no significa que todos sean buenos.

¿Qué es un ETF?

Un ETF (Exchange Traded Fund) es un fondo que cotiza en bolsa igual que una acción. Su función principal es replicar el rendimiento de un índice, un sector, un país o incluso una estrategia completa.

Te permiten comprar, con un solo ticker, una cartera diversificada sin tener que elegir acción por acción. Por ejemplo, con el SPY comprás las 500 empresas del S&P 500 y con el QQQ te exponés a las principales tecnológicas del Nasdaq.

Son eficientes, transparentes y, en la mayoría de los casos, más baratos que los fondos tradicionales. Por eso su adopción global explota año tras año.

¿Qué tipos de ETFs hay?

Los ETFs de gestión pasiva son los más recomendados para la mayoría de los inversores. Su objetivo es replicar el rendimiento de un índice o sector específico, lo que los hace simples y eficientes. Además, tienen costos muy bajos y ofrecen una forma directa de diversificar. Ejemplos clásicos son el SPY, IWM, VTI.

Por otro lado, están los ETFs de gestión activa, que buscan ganarle al mercado seleccionando activamente los activos que componen el fondo. Pueden ser interesantes en ciertos contextos o temáticas, pero suelen implicar comisiones más altas. Por ejemplo, los fondos de Cathie Wood, como ARKK, focalizado en innovación.

También existen los ETFs sectoriales, temáticos y geográficos, que te permiten exponerte de manera directa a sectores como energía, salud, tecnología, o a tendencias específicas como inteligencia artificial, energías renovables o blockchain. Además, con un solo ticker podés invertir en países completos; por ejemplo, EWZ (Brasil), FXI (China) o EWJ (Japón).

Por último, están los ETFs apalancados, que no se recomiendan para la mayoría de los inversores. Estos multiplican las ganancias diarias potenciales, pero también las pérdidas. El problema principal es el efecto del interés compuesto diario: si no los operás activamente, pueden erosionar el capital con el tiempo.

¿Qué mirar en los ETFs?

El boom de los ETFs trae consigo una gran oportunidad, pero también un desafío: no todos son iguales. En muchos casos, los ETFs están altamente concentrados y solo 5 o 6 acciones explican la mayor parte del rendimiento. Por eso, entender qué hay adentro es clave.

El primer punto a revisar son los holdings. Antes de invertir, entrá a ver el ETF (una página interesante es www.etf.com) y mirá qué activos componen el fondo y cuánto pesa cada uno. Esto te evita sorpresas y te permite saber realmente en qué estás invirtiendo.

El segundo punto son las comisiones: los ETFs de gestión pasiva suelen ser muy baratos, pero hay fondos temáticos, activos o de nicho que cobran mucho más.

Un buen ejemplo es el LIT (Global X Lithium & Battery Tech ETF). En teoría, este fondo invierte en “toda la industria del litio”. ¿Es así? Veamos:

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El ETF LIT parece un play puro de litio, pero no lo es. Si mirás los holdings, el 47% está concentrado en 10 compañías y muchas no dependen solo del precio del litio. Por ejemplo, Tesla o Samsung SDI tienen negocios mucho más amplios, mientras que incluso productores como Albemarle o SQM también diversifican. En definitiva, invertir en LIT no es apostar solo al litio, sino a toda la cadena de baterías y vehículos eléctricos.

Para concluir, el récord histórico de que hoy haya más ETFs que acciones marca un cambio enorme en la forma de invertir.

Por eso, la clave está en mirar adentro: entender los holdings, evaluar las comisiones, confirmar que el ETF replica lo que promete y asegurarse de que aporta diversificación real a tu cartera. Los ETFs son una herramienta increíble, pero como todo en el mercado, hay que entender dónde ponés tu dinero.

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Nota: El material contenido en esta nota NO debe interpretarse bajo ningún punto de vista como consejo de inversión o recomendación de compra o venta de un activo en particular. Este contenido tiene fines únicamente educativos y representa únicamente una opinión del autor. En todos los casos es recomendable asesorarse con un profesional antes de invertir.

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