9 de noviembre 2024 - 00:00

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca: un dilema para la economía argentina

La victoria del empresario puede impactar fuertemente en toda la región, pero sobre todo para el país comandado por Javier Milei. De igual forma, su regreso era un resultado esperable.

El regreso de Trump a la presidencia de EEUU puede impactar en Argentina.

El regreso de Trump a la presidencia de EEUU puede impactar en Argentina.

El triunfo de Donald Trump en las recientes elecciones de Estados Unidos, aunque anticipado por muchos sectores del mercado, supone un cambio de dirección que podría tener implicaciones profundas para las economías de América Latina, y especialmente para la Argentina.

A pesar de la presencia de Kamala Harris como contendiente en las urnas, el regreso de Trump era esperado. Este resultado llega en un momento delicado para Argentina, con un nuevo gobierno encabezado por Javier Milei, quien, al igual que Trump, promueve una visión alineada con ideas de mercado y escepticismo frente a ciertos organismos internacionales.

Sin embargo, la afinidad en algunas posturas políticas y económicas no garantiza necesariamente un impacto positivo para Argentina, y podría incluso traer desafíos importantes.

Las promesas de la "Agenda 47" de Trump: un plan proteccionista

El programa económico de Trump, conocido como “Agenda 47”, marca un claro sesgo hacia la protección de la industria estadounidense y el fortalecimiento de su economía interna. A pesar de que este enfoque parece alinearse superficialmente con la intención de Milei de fortalecer el sector productivo, el detalle de estas políticas plantea obstáculos para un país dependiente del comercio exterior como Argentina.

Uno de los puntos clave de la Agenda 47 es la intención de Trump de aumentar los aranceles a las importaciones. Esto incluye una tarifa básica universal que oscilaría entre el 10% y el 20% sobre todos los productos importados en Estados Unidos, junto con un arancel específico del 60% para importaciones provenientes de China. Si se implementan, estas políticas no solo impactarían el flujo comercial global, sino que podrían elevar la cotización del dólar frente a otras monedas, impulsando una revalorización de la moneda estadounidense a nivel mundial.

Un Dólar Fuerte: Beneficio para Estados Unidos, Complicación para Argentina

La expectativa de una política económica basada en el proteccionismo y en el aumento de aranceles anticipa una apreciación del dólar en los mercados internacionales. De hecho, las tasas de los bonos del Tesoro ya experimentaron un aumento inicial tras el anuncio de la victoria de Trump, reflejando un posible fortalecimiento del dólar. Para Argentina, un dólar fuerte representa un desafío en varios frentes.

donald trump javier milei
Milei busca tener una buena relación con Donald Trump.

Milei busca tener una buena relación con Donald Trump.

En primer lugar, la Argentina es un país con una economía altamente dolarizada y dependiente de la entrada de divisas. Una revalorización del dólar tiende a presionar a la baja los precios de las materias primas, lo cual podría afectar negativamente a los sectores agrícolas y de commodities del país, cruciales para sus exportaciones. Una caída en el valor de estos bienes deterioraría los términos de intercambio y, con ello, la balanza comercial argentina. Asimismo, con un dólar más fuerte, el costo de financiamiento internacional se elevaría, un factor a considerar dada la deuda del país y la necesidad de volver a los mercados para renovar los vencimientos.

Incentivos Fiscales y Auge Industrial en EE.UU.: Una Competencia Indirecta

Otro componente de la Agenda 47 que merece atención es el plan de incentivos fiscales propuesto por Trump para revitalizar la industria estadounidense. Este contempla una reducción permanente de los impuestos corporativos para empresas que produzcan en Estados Unidos, sumado a una serie de beneficios fiscales, como la expansión del crédito tributario por hijos, exenciones fiscales a las propinas y horas extras, y el restablecimiento de las deducciones de impuestos estatales y locales. Además, Trump busca aumentar la inversión en infraestructura, lo cual podría inyectar dinamismo al mercado laboral y la producción industrial estadounidense.

En términos prácticos, estos incentivos crean un entorno fiscal favorable en Estados Unidos, que podría atraer tanto a empresas como a inversores de capitales que actualmente buscan oportunidades en mercados emergentes. Para Argentina, esto significa una competencia adicional en la atracción de inversiones extranjeras, especialmente en un contexto de alta incertidumbre económica local y el desafío de reconstruir la confianza internacional en sus políticas de mercado.

Simpatía Política, Desafíos Económicos

En lo político, es probable que el gobierno de Milei busque aprovechar la simpatía con la administración Trump para fortalecer la relación bilateral. Este alineamiento podría abrir la puerta a ciertas oportunidades de cooperación en seguridad y comercio, en la medida que Trump busque afianzar sus alianzas en la región. Sin embargo, confiar en esta relación como una solución a los problemas estructurales de la economía argentina podría ser riesgoso, ya que la política económica de Trump se enfoca en objetivos nacionales que no necesariamente convergen con las necesidades de Argentina.

Es claro que para Argentina es fundamental contar con un aliado en la Casa Blanca que comparta ciertos principios económicos. Pero también es necesario reconocer que la política de “América Primero” de Trump está diseñada para priorizar la competitividad y el crecimiento interno de Estados Unidos, lo cual, en muchos casos, puede resultar perjudicial para socios comerciales y países con economías emergentes como la argentina.

Conclusión: Un Escenario de Prudencia para Argentina

La vuelta de Trump a la presidencia de Estados Unidos abre una etapa que, aunque políticamente afín para el gobierno de Milei, puede implicar retos significativos para la economía argentina. La política proteccionista y el fortalecimiento del dólar podrían complicar las perspectivas de crecimiento y estabilidad económica, por lo que es crucial que Argentina diversifique su estrategia económica y busque nuevas alianzas internacionales que le permitan contrarrestar estos efectos.

A pesar de la cercanía ideológica entre ambos mandatarios, la realidad muestra que las prioridades económicas de Trump y su enfoque en proteger el mercado estadounidense podrían acabar debilitando el espacio de crecimiento para economías como la argentina. La diplomacia y una estrategia comercial diversificada serán clave para afrontar los desafíos que plantea la Agenda 47 y evitar que la alineación ideológica con Estados Unidos se traduzca en un riesgo económico adicional.

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