4 de julio 2008 - 00:00

El secreto bancario suizo está en la mira de EE.UU.

Ben Bernanke
Ben Bernanke
El secreto bancario suizo está en la mira de las autoridades estadounidenses. Dentro del marco de una acción tendiente a evitar la evasión fiscal, el Departamento de Justicia quiere permitir que los agentes impositivos puedan investigar las cuentas de los clientes de la UBS. Pareciera ser que la tranquilidad de los bancos suizos no más lo que era. Además de ser una de las instituciones crediticias más afectadas por crisis «subprime» (que tanto movilizó a Ben Bernanke, de la Reserva Federal) y también castigada en el mercado bursátil por los rumores de venta de la firma Paine Webber -activo esencial de su gestión de fortuna en divisas en Estados Unidos adquirido hace ocho años-, podría conocer nuevas dificultades en el terreno judicial. En efecto, el Departamento de Justicia del gobierno de George W. Bush requirió a la Corte Federal de Miami autorizar a los agentes fiscales del IRS (International Revenue Service) con el fin de obtener informaciones del banco relacionadas con los clientes norteamericanos que habrían solicitado sus servicios para evadir impuestos. Se le permitiría de ese modo citar judicialmente a la institución financiera en el procedimiento denominado «John Doe», utilizado por los servicios gubernamentales para conseguir datos en caso de fraude cuando no se conoce la identidad de las personas implicadas.

  • Primicia

  • Si la demanda tiene éxito se tratará de una primicia con respecto a un banco extranjero. Esta investigación se realiza a raíz del juicio entablado contra Bradley Birkenfeld, un ex banquero del establecimiento suizo, quien el 19 de junio último se declaró culpable en la causa de evasión fiscal, reconociendo de este modo ante la Corte de Miami haber ayudado a ciertosclientes de la UBS a esconder informaciones a los inspectores fiscales estadounidenses.

    En su declaración indagatoria, explicó a los encuestadores la forma en que la UBS le había enseñado a asistir y asesorar a su clientela, haciendo notar especialmente que el banco helvético era poseedor de 20 mil millones de dólares en gestión de activos en divisas, importe no declarado a las autoridades impositivas.

    Si bien es cierto que el fiscal adjunto John Di Cicco precisó que los funcionarios suizos y las autoridades de la UBS habían aceptado cooperar, señaló que la demanda del Departamento de Justicia apuntaba a respaldarlos.

    La situación se comprende mejor luego de las declaraciones de Daniel Reeves, inspector del IRS, quien aseguró estar en posesión de una carta del banco suizo dirigida a sus clientes para restaurarles la tranquilidad. En dicha misiva, el citado establecimiento crediticio precisa que «en ningún momento el banco revelará la identidad».

  • Fuerte señal

    Pese a ello, uno de los comisarios del IRS, Doug Shulman, estimó que esta demanda era una «fuerte y explícita señal» enviada a las personas que pensaban escapar al fisco norteamericano, asegurando que el secreto de las cuentas offshore iba a eliminarse rápidamente.

    Independientemente de lo acontecido, el banco quiere hacer borrón y cuenta nueva del pasado para reconstruir un sistema institucional arrasado por la desconfianza de los clientes en su dirigencia. Máxime luego de las críticas recibidas por el ineficaz gobierno y la cultura limitada en la gestión, que lo condujeron a registrar 38 mil millones de dólares de depreciaciones.

    En adelante, para dotarlo de la solidez y la calidad que ha venido perdiendo, los responsables de la gerencia general del establecimiento crediticio serán el CEO y los cuadros superiores del grupo -y con una separación clara de roles-, el consejo de administración tendrá por misión definir la estrategia, supervisar y controlar los riesgos de los negocios.

    Las futuras autoridades adoptaron una profunda reforma de la normativa no menos transcendente: las responsabilidades de la presidencia serán confiadas a un número creciente de comités.
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