"La suba de tasas largas puede ahorrarle un futuro dolor de cabeza a la Fed"
Tras la reunión de la Fed ayer, el periodista se encuentra con el especialista en mercados internacionales personificado como Gordon Gekko, de la película «Wall Street», quien le explica que el freno en las operaciones de fusiones y de adquisiciones y la suba de las tasas de largo colaboraron con el accionar de la política monetaria estadounidense. Pero la clave de los próximos pasos de la Fed pasa por la inflación núcleo -sin energía ni alimentos-, que mostró una mejora.
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Gordon Gekko
G.G.: La opinión de los oficiales de la Fed no niega el problema, pero no le concede tampoco envergadura macroeconómica.
P.: Se sabe cómo empiezan las tribulaciones, pero se desconoce cómo terminan. El mundo subprime es un terreno minado y, para peor, nadie domina planos precisos...
G.G.: La Fed siempre repite que su decisión no está fijada de antemano. Es condicional; depende del flujo de la información económica. Hoy por hoy, la crisis de los bienes raíces, en general (y esto incluye a las hipotecas), no alcanza para promover una reducción de tasas de interés. Pero, así como bastó para interrumpir un proceso de 17 ajustes consecutivos al alza (en agosto último), es el mejor exponente acerca de por qué una suba de tasas está fuera del menú que baraja la Fed...
P.: Contrariamente a lo que barruntaban los mercados cuando impulsaron las tasas largas por encima de 5%...
G.G.: Correcto.
P.: ¿Cómo interpretar el comunicado oficial? ¿Incorpora algún mensaje cifrado que el lector no avisado pueda pasar por alto?
G.G.: No. A menos que esté escrito en tinta invisible. El texto publicado es escueto y muy simple. Y, sin embargo, no deja de ser informativo.
P.: Un mensaje bernankiano. No sólo se puede leer de corrido, sino que, además, se entiende.
G.G.: De una reunión a otra, los mercados cambiaron su opinión en forma sensible. Los indicadores de actividad resultaron mejores. Y las expectativas se apuraron en desmontar el escenario de probable recesión. De ahí, la curva de rendimientos, otra vez, enarbolando una pendiente positiva. O la elevación sostenida de las tasas de largo plazo. En este tema específico, la Fed mantiene su postura. En esencia, sigue descontando una economía en tránsito moderado. Aquí sí se observa un contraste nítido. La Fed y los mercados analizan la misma secuencia de indicadores. Pero la Fed no compra el amago...
P.: Sin embargo, la economía ensaya una recuperación tras el paso en falso del primer trimestre. El crecimiento se revisó hoy (por ayer) a un magro 0,7 por ciento. El andar será mucho más sólido cuando se compute el segundo trimestre.
G.G.: No descarte que el PBI supere 3%...
P.: Ello supondría un rápido retorno a la velocidad con que se expande el producto potencial...
G.G.: Uno y otro número exageran la nota. Quite la volatilidad de los inventarios y el ruido imprevisto que aportó el gasto público federal, y lo que queda, en el mejor de los casos, es una economía navegando a tres cuartos de máquina. Una marcha de crucero cercana a 2%.
P.: Aun así, a respetable distancia de una recesión...
G.G.: El punto es que el consumo corre más rápido -en estos últimos seis mesesque en cualquiera de los diez años anteriores. Es difícil pensar que pueda acelerarse. La lógica sugiere - en circunstancias de crisis inmobiliaria, estancamiento en los precios de la vivienda, mayores restriccionescrediticias, gran aumentoen el costo de la naftaque el consumidor modere su gasto. Si así fuera, puede darse la paradoja de que mientras el PBI se acelera, la demanda final se debilite. Y que, como insinúa la Fed, aquí no haya mutado nada fundamental.
P.: Donde sí hubo novedades, y el comunicado las recoge, es en el combate de la inflación. O, al menos, en la llamada inflación núcleo. Que es la que le quita el sueño a la Fed. Las noticias fueron buenas y así se dice. A la par, se deja claro que es prematuro cantar victoria.
G.G.: Si la Fed sólo mirara la inflación despojada de energía y de alimentos, cantaría victoria. No lo hace. Afirma, con todas las letras, que todavía la batalla continúa. Sin embargo, éste es el frente en el que sí se verifica una mejoría de peso. No meramente circunstancial. Y en la medida en que las tasas de largo plazo han subido medio punto promedio en el último mes, los mercados están colaborando con la Fed en profundizar la contención de las presiones. Sobre todo, en el plano crediticio. Habrá notado el enfriamiento operado en las operaciones de fusión y de adquisiciones y las peripecias del IPO de Blackstone Group, uno de los fondos líderes de private equity. La suba de tasas largas puede ahorrarle un futuro dolor de cabeza a la Fed. Son decenas de miles de millones de dólares en deuda especulativa que están en las gateras, que hay que colocar entre los inversores para financiar las operaciones anunciadas. Una revaluación de los riesgos, a esta altura, es muy oportuna. Por eso, la Fed se ocupó, me parece, de no alentar siquiera la más remota idea de que con las recientes mejores lecturas de inflación, se abre paso a una postura más relajada.
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